Oportunidad
¿Cómo tiene previsto Puigdemont atender algunas pequeñas cosas como la moneda, los aranceles y las fronteras?
Carles Puigdemont debe de ser un buen periodista, porque suele conseguir que sus propuestas ocupen un buen lugar en la prensa, pero sin el efecto cómico que les daba siempre su antecesor en el cargo, Artur Mas.
Por lo pronto, ha tenido un golpe de fortuna en su última presentación de los grandes proyectos de futuro para Cataluña. Anunció el pasado día 28 que habrá un refrendo de independencia unilateral para dentro de un año. La fortuna que tuvo Puigdemont es que se encontró el regalo de la enorme crisis que vive el PSOE. Con Sánchez refugiado en la calle Ferraz, los independentistas catalanes perdieron algo de foco mediático, pero ganaron en que no hubo apenas contestación fuera del hemiciclo autóctono, que debe agradecerlo mucho, porque nunca le toman todo lo en serio que él desearía.
Dice Puigdemont que en junio tendrá todo bien planeado para sustituir al Estado en todas sus funciones. Raúl Romeva, Francesc Homs y Oriol Junqueras, entre otros, se ocuparán de todo.
Yo creo al presidente. Pero me gustaría, como aprendiz de catalán que soy, que me dijera cómo tiene previsto atender algunas pequeñas cosas que nos van a ocupar casi todos los días. Por ejemplo: la moneda. ¿Los catalanes van a seguir traficando con euros o con otra moneda? Por ejemplo: los aranceles. ¿Las mercancías que entran y salen de Cataluña van a tener aranceles nuevos o los que marque el opresivo Estado español? Más importante: ¿Las fronteras van a estar guardadas por mossos de escuadra o por guardias civiles? Supongo que los mossos serán los encargados de guardarlas.
Pero, ¿sabrán cómo se hace? Supongo que habrá tantos puestos fronterizos como ahora caminos que comunican territorios catalanes con españoles.
Hay muchas preguntas para las que es preciso tener respuestas sencillas. Porque muchas de ellas afectan a la gente en su vida cotidiana. Y esto es así de importante porque, aunque Puigdemont no lo diga, Cataluña no va a ser Europa durante un largo periodo de tiempo. No dudo que Junqueras y Romeva hayan preparado para junio los más de ocho millones de pasaportes que van a hacer falta, pero hay que distribuirlos y es posible que las imprentas lo pasen mal porque, no se olvide, el aranés será lengua cooficial en la futurible Cataluña independiente.
Organizar un refrendo es relativamente fácil. Ganarlo es más difícil, sobre todo si la mayoría sigue estando en contra de la propuesta de independencia. Y a Puigdemont se le ha olvidado contarnos cómo va a convencer a Europa de lo suyo. Y a España, no digamos.
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