José Luis Cuerda: “¿Moderno yo? ¡Pero si soy de Albacete!”
El cineasta manchego ha fallecido en Madrid a los 72 años. Recuperamos esta charla que mantuvo con ICON en la que demostró que, aparte de director prodigioso y productor con olfato, era sobre todo un hombre sensato y divertidísimo.
El cineasta José Luis Cuerda (Albacete, 1947) ha muerto este martes en Madrid. Como director logró hacer reír a la vez que descolocaba a varias generaciones con clásicos de culto como Amanece que no es poco y como productor descubrió a talentos como Alejandro Amenábar, al que produjo sus primeras películas. Cuerda era, sobre todo, ácido y conciso, como nos demostró en esta entrevista que concedió a ICON hace cuatro años. Hoy la recuperamos como homenaje.
Por mucho empeño que se le ponga, no hay modo de localizar un episodio en la biografía de José Luis Cuerda (Albacete, 1947-Madrid, 2020) en el que este reconozca haber sido moderno. “¡Pero si soy de Albacete!”, exclama perplejo. Vale, pero trabajaba en RTVE cuando era joven y se sumó a la comedia madrileña con su primera película, Pares y nones (1982) –“eso de comedia tenía poco, el final era muy triste”–. Bueno, pero revolucionó el humor nacional con Amanece que no es poco (1989). “Esa película nunca fue moderna ni contemporánea. ¡Es Quevedo!”. Jaque mate. Mejor no mentar entonces que es muy dado a llevar sombreros ni lo bien que se maneja en las redes sociales.
¿Cómo no voy a ser antisistema? Por honradez, coño, por decencia. Me parece una obviedad
Y eso que es precisamente este asunto, uno de los tuits que ha recogido en su nuevo libro, Me noto muy cambiá (Ed. Pepitas de calabaza), lo que nos ha llevado a este punto de la conversación. Escribe el realizador: “Me da terror la idea de que cualquier día me convierta en estrictamente contemporáneo. Así, a lo tonto”. ¿No es peor la alternativa? “Lo contemporáneo me parece espantoso. Lo que hay que hacer es cambiar lo contemporáneo. Porque para hacerte estrictamente contemporáneo hay que ser tonto. Por eso digo: ‘Así, a lo tonto”. El libro recoge 500 trallazos breves que son pensamientos y reflexiones, unas veces ácidas, otras cómicas, las más cargas de profundidad sobre lo que es esta vida por la que nos ha tocado transitar.
No es nada personal, pero José Luis está enfadado. “Cabreadísimo. Estoy indignado. No hay cosa que más me jorobe en este mundo que que me tomen el pelo y se piensen que soy imbécil. Y lo hacen el Gobierno en pleno, parte de los legisladores y, más que todos ellos, los financieros en cuyas manos están los anteriores. Quien gobierna Europa es la Merkel, pero la Merkel está al servicio de los financieros. Si un uno por ciento de los habitantes del mundo tiene el mismo capital que el resto de la población, este mundo es una mierda. ¿Cómo alguien puede defender esto y hablar peyorativamente de los antisistema? ¿Cómo no voy a ser antisistema? Por honradez, coño, por decencia. Me parece una obviedad”.
Los productores no se fían de nosotros, piensan que no tenemos nada que contar o no sé, pero nos están jodiendo de una manera sistemática
Por alegrarle un poco el día, le recordamos que en una época en que Joaquín Reyes y sus chanantes compañeros han puesto de moda el humor manchego, él fue en cierto modo el pionero, gracias tanto a la tan recordada Amanece que no es poco como a su predecesora, Total (1983), que sólo pudo verse en televisión. ¿Cómo surgió aquella marcianada? “Después de Pares y nones me encargaron en TVE un especial para llevarlo al Festival Internacional de Montecarlo. Me preguntaron si tenía alguna idea y yo les conté historias que tenía, todas grandes dramas, porque yo no tenía especialmente valorada la comedia. Me dijeron que no, que querían algo para reír. Cogí mi Simca 1000, lo paré en la Casa de Campo y me eché a llorar. Me dije: ‘He hecho el gilipollas haciendo una comedia porque ahora van a querer que haga siempre cosas de reír’. Y me dio una ligerita depresión”.
Al final Cuerda se dejó llevar por lo que a él le hacía reír de verdad. “Total tiene algunas de las mejores secuencias que he rodado en mi vida. Cuento en un travelling una historia de amor entera, desde que él empieza diciendo que cree que está enamorado hasta que acaba diciendo que eso se ha terminado, que a tomar por culo. Todo en un mismo plano. Un homenaje al cine de Hollywood. Viene a ser lo que sería un paso a dos en un musical, cuando echan a bailar los dos, que eso es una historia de amor físico, una coyunda, pero fíjate con qué elegancia lo hacen, coño”. Y así obtuvo el Premio Especial del Jurado y el Premio de la Crítica Internacional.
Eso hoy queda tan lejos como, por lo visto, las opciones de volver a hacer cine. “A los directores de mi generación directamente nos han matado. No existimos ya. Los productores no se fían de nosotros, piensan que no tenemos nada que contar o no sé, pero nos están jodiendo de una manera sistemática. Quieren argumentos jóvenes, con actores jóvenes para gente joven. Juegan las bazas comerciales más primarias”. José Luis está cabreado y razones no le faltan.
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