Desastre sanitario en el estado nigeriano de Borno
Unos 500.000 desplazados por la violencia de Boko Haram necesitan de forma urgente comida, agua potable, refugio y atención médica. El 15% de los niños sufre desnutrición aguda
La actividad del grupo terrorista Boko Haram en Nigeria y la consiguiente ofensiva del Ejército ha sumido al Estado de Borno, en el noreste del país, en un "desastre sanitario" que requiere de una activa movilización por parte de la comunidad internacional, según la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF). Esta organización ha alertado de que al menos 500.000 desplazados que viven en diferentes enclaves fuera de Maidiguri, la capital estatal, necesitan de forma urgente comida, agua potable, refugio y atención médica. Acción Contra el Hambre (ACH), por su parte, ha exigido tener pleno acceso a Borno, donde denuncian que la ayuda sanitaria ha sido inviable durante dos años debido al aislamiento de la zona por la intensidad del conflicto. Evaluaciones realizadas por agencias de la ONU y por las autoridades de Nigeria muestran la gravedad de la situación.
La directora de operaciones de MSF, Isabelle Defourny, ha hablado directamente de "desastre sanitario" y ha considerado imprescindible una "movilización masiva de organismos y organizaciones de ayuda humanitaria". No en vano, cientos de miles de personas viven aisladas y dependen totalmente de la asistencia exterior.
Bama, la segunda ciudad más grande de Borno, es una "localidad fantasma" a la que sólo se puede acceder con escolta militar, según el comunicado de MSF. Parte de sus habitantes, cuyo número se estima mayor de 10.000, viven en un campo de desplazados y la tasa de mortalidad supera ampliamente el umbral de emergencia.
En junio, MSF observó niveles "extremadamente altos de desnutrición y mortalidad" en esta localidad durante. La organización calcula que el 15% de los niños sufren desnutrición aguda severa mientras que el Gobierno nigeriano estima que el número de menores desnutridos es de unos 244.000. La semana pasada, el Ejecutivo declaró el estado de emergencia nutricional en el país, donde más de 600.000 niños padecen desnutrición severa.
"Estamos muy preocupados por las necesidades de los tres millones de personas a las que no hemos sido capaces de llegar hasta hace muy poco debido a la intensidad de los combates", ha señalado el director de ACH en Nigeria, Yannick Pouchalan, que ha añadido que la ONG "está empezando a tener una idea de la gravedad de la situación".
"Sí sabemos que tenemos que responder inmediatamente y prepararnos para una emergencia a gran escala. La experiencia nos ha enseñado que ignorar las flagrantes señales de advertencia y la alarmante evidencia no puede conducir a otra cosa sino a una situación catastrófica", ha señalado Pouchalan.
Falta de fondos
Los datos proporcionados en marzo por la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF) indican que aproximadamente 617.000 niños en el noreste del país padecen actualmente desnutrición aguda. "Debido a las severas restricciones de acceso, que han hecho extremadamente difícil la entrega de ayuda, las necesidades de la población son extremas", ha aseverado Pouchalan.
Situación terrible
Un equipo de Médicos Sin Fronteras se desplazó este miércoles por primera vez a Dikwa, una ciudad que está a 90 kilómetros de Maidiguri, en el noreste de Nigeria, para llevar a cabo una evaluación del estado nutricional de los niños menores de cinco años. "Muchos de los 70.000 desplazados de Dikwa han estado viviendo en zonas controladas que han estado controladas por Boko Haram hasta que hace muy poco. Algunos llevaban hasta dos años aislados del mundo exterior", ha explicado la organización en un comunicado.
Lo que los equipos han encontrado allí es verdaderamente terrible: el 13% de los niños sufren desnutrición aguda severa. Sólo en el día de ayer (20 de julio) identificaron a 34 niños con necesidad de hospitalización inmediata ya que sus vidas corrían serio peligro, y otros 663 casos de desnutrición severa.
"Dado que el equipo disponía de medios de transporte limitados, sólo pudimos llevarnos a aquellos niños que estaban en peor estado. Todos ellos fueron ingresados de inmediato en el centro terapéutico intensivo de Gwange, a las afueras de Maidiguri", ha indicado la ONG.
"Instamos a todas las partes del conflicto a respetar el derecho internacional humanitario en estas circunstancias. Necesitamos un acceso rápido y sin obstáculos a las poblaciones afectadas para poder llevar a cabo las evaluaciones pertinentes y poder así ampliar las principales operaciones de emergencia en aras de evitar que un gran número de niños mueran de hambre", ha indicado Pouchalan.
ACH ha denunciado, además, que las organizaciones de ayuda humanitaria no reciben suficientes fondos. De los 279 millones de dólares necesarios para llevar a cabo el Plan de Respuesta Humanitaria en Nigeria, sólo se han hecho efectivos 78,5 millones, el 28 por ciento. La ONG ha instado a la comunidad internacional para que pongan a disposición de inmediato los fondos necesarios para hacer frente a la catástrofe.
La situación se extiende
La situación se repite en Monguno, una ciudad de 150.000 habitantes donde 65.000 personas han tenido que abandonar sus hogares. La localidad no dispone de atención médica desde enero de 2015, por lo que MSF planea comenzar a trabajar en el hospital para atajar las necesidades.
"Es vital que se haga un esfuerzo masivo para hacer llegar ayuda a las personas que se encuentran aisladas o en zonas remotas", ha subrayado Defourny, ante la posibilidad de que la situación en otras localidades sea "igual de crítica. "Seguramente la población de estos lugares también necesitará alimentos y atención médica", ha señalado.
La violencia de Boko Haram, que significa "la educación occidental es pecado" y busca imponer una versión radical de la sharia en Nigeria, ha dejado hasta la fecha más de 20.000 muertos en este país. El grupo terrorista, que opera desde 2000 y se encuentra activo en zonas de otros países como Camerún, Chad y Níger, ha provocado el desplazamiento de más de dos millones de personas. En 2014, los milicianos secuestraron a 200 niñas que acudían a una escuela secundaria de Chibok, en el norte de Nigeria.
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