La otra cara de las cláusulas suelo
Hoy hace exactamente cuatro años que compré mi vivienda (a mis 50 años de edad). Nunca antes se me había ocurrido comprarme una, vivía de alquiler. Cuando tuve que ponerme en esa tesitura, me arremangué y me puse a estudiar al máximo todas las cuestiones relativas a una compra y su hipoteca. No sabía nada del tema, soy un simple profesor de Humanidades.
Vi que me ofrecían diferenciales mucho más bajos en unas hipotecas que en otras, y ello se debía a que unas tenían cláusulas suelo y otras no. Yo elegí una menos atractiva, pero que no tenía la cláusula. Ahora me encuentro con que a quien no le dio la gana de estudiar bien el tema le ayudan liberándole de dichas cláusulas; en cambio, a mí nadie me va a bajar el diferencial. O sea que a quien no hizo los deberes se le premia y a los que los hicimos se nos castiga. Cansa y decepciona ver cómo funciona este país.— Jesús Micó Palero. Barcelona.
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