La importancia de los árboles

En estos días calurosos de principios de verano, con la evidencia de un cambio climático irreversible, al circular o pasear por calles y plazas de pueblos y ciudades de nuestro país se hace evidente la poca estima de los Ayuntamientos en plantar árboles de sombra. Más bien al contrario: el asfalto, como una extensa alfombra, va ahogando poco a poco la tierra, disminuyendo la humedad y aumentando alarmantemente las temperaturas, con el correspondiente consumo y contaminación de los aparatos de aire acondicionado.

Entiendo que el motivo de esta aversión solo puede ser de origen cultural. Por este motivo, pediría a los responsables de los departamentos de medio ambiente allí donde los haya que de la misma manera que al construir una calle o una acera se obliga a la instalación adecuada de cloacas, desagües e iluminación, también se obligue a plantar árboles de sombra y se asegure su buen mantenimiento futuro. Sin duda los ciudadanos lo agradeceríamos y la contaminación se reduciría.

Si no queremos que se cumpla el dicho de que África empieza en los Pirineos, es cuestión de no perder el tiempo.— Lola Arpa Vilallonga. Peratallada (Gerona).