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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Refundación agitada

Convergència deja atrás la etapa Pujol, pero está por ver hasta qué punto se va a acometer una renovación auténtica

Carles Puigdemont con Artur Mas
Carles Puigdemont con Artur MasEFE

La refundación de Convergència Democràtica de Catalunya que pilota el expresidente Artur Mas está resultando mucho menos apacible de lo que éste había previsto. Lo primero que ha tumbado el congreso fundacional que se celebra este fin de semana con la participación de 2.600 militantes ha sido el nombre propuesto por el equipo que pilota la transición. El rechazo del nombre, que se decidirá con la votación de tres opciones surgidas del propio cónclave, es el síntoma de otras divergencias más profundas sobre el modelo organizativo y el ideológico. La nueva Convergència deja atrás la etapa Pujol, pero está por ver hasta qué punto se va a acometer una verdadera renovación o todo va a quedar en un cambio cosmético destinado a blanquear la marca de un pasado gravemente manchado por los escándalos financieros de la familia del fundador y los graves casos de corrupción.

Editoriales anteriores

Resulta sorprendente que dos días antes de iniciarse el cónclave, Mas propusiera un modelo organizativo que no figuraba en la documentación previa. La propuesta del tándem presidencial formado por él mismo en la presidencia y Neus Munté, actual consejera de Presidencia, como vicepresidenta, con “funciones intercambiables”, tiene el grave inconveniente de que no puede decirse que sean ni caras nuevas ni valores renovados.

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La propuesta de Mas implica eliminar la incompatibilidad entre cargos públicos y orgánicos, lo que suscita también dudas sobre el alcance de la renovación. No menos peliaguda es la definición ideológica; no es lo mismo decantarse por un modelo netamente liberal que hacerlo por uno socialdemócrata. Como no es lo mismo declararse simplemente soberanistas, como proponía la ponencia inicial, que declararse abiertamente independentista, como parece que se impone en el debate. No es con propuestas radicales y de ruptura de la legalidad como la nueva Convergència puede optimizar sus opciones de futuro.

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