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CLAVES
Columna
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Bloqueo o alternativa

La fragmentación convierte al Parlamento en el centro de la vida política, pero lo interesante es saber cómo jugará este papel

Jorge Galindo
Vista del hemiciclo totalmente vacío tras el último pleno del Congreso de los Diputados de la XI Legislatura.
Vista del hemiciclo totalmente vacío tras el último pleno del Congreso de los Diputados de la XI Legislatura.Uly Martín

En España, a veces, lo inaudito pasa por normal. Por ejemplo, en estos momentos un partido conservador, incapaz de ganar apoyos estables entre el resto de formaciones, es el mejor posicionado para formar Gobierno. Hasta el punto de que el segundo clasificado, que es además imprescindible en cualquier combinación parlamentaria, acepta que los votantes le han colocado “en la oposición”. Pero la verdad es que los votantes han ubicado al PSOE como eje de la dinámica política. En teoría desde ahí puede alcanzar a los otros tres bloques alternativos (Ciudadanos, Podemos y nacionalistas). En la práctica, sin embargo, ninguno de los cuatro quiere moverse demasiado por miedo a perder contra sus rivales inmediatos. Las implicaciones de esta timidez van mucho más allá de la investidura.

Efectivamente, la fragmentación convierte al Parlamento en el centro de la vida política, pero lo interesante es saber cómo jugará este papel. Con un PP en minoría significativa, el Congreso puede ejercer su poder de dos maneras muy distintas. Podría ser que los cuatro bloques mantengan sus vetos cruzados y hacia el PP, dando lugar a una legislatura farragosa e ineficaz en la que poco se consigue y mucho se impide. Pero también hay un escenario alternativo, en el cual la incertidumbre se reduce, los partidos se estabilizan, y todos los bloques son capaces de encontrar puntos de encuentro que convertir en leyes. A veces contra el PP, a veces con él, pero siempre como contrapeso, abriendo el horizonte de posibilidades políticas.

Si los últimos meses sirven de guía, el escenario más prometedor es también el menos probable. Pero los partidos deben plantearse si un bloqueo sin alternativa no favorecerá electoralmente a los conservadores, dando alas a su eterna insistencia en que son la única garantía de estabilidad. De hecho, la lección de lo inaudito que pasa por normal es tan simple como preocupante para quien busque construir una alternativa: si los demás no se ponen de acuerdo, el Gobierno y las leyes estarán en manos de quien tenga un escaño más que el segundo. Y éste, hoy por hoy, solo puede ser el Partido Popular. @jorgegalindo

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Sobre la firma

Jorge Galindo
Es analista colaborador en EL PAÍS, doctor en sociología por la Universidad de Ginebra con un doble master en Políticas Públicas por la Central European University y la Erasmus University de Rotterdam. Es coautor de los libros ‘El muro invisible’ (2017) y ‘La urna rota’ (2014), y forma parte de EsadeEcPol (Esade Center for Economic Policy).

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