Cristiano imbatible
Es el deportista mejor pagado del mundo. La persona con más seguidores en Facebook. Y el que más beneficios genera para sus patrocinadores. Además, abre ahora el primer hotel con su marca CR7. El éxito del portugués no se acabará con el fútbol
"Ganar. Eso es lo más importante para mí. Es tan simple como eso”. Con esas palabras arranca el documental Ronaldo, estrenado el pasado otoño, sobre la vida del futbolista del Real Madrid para el que un equipo de rodaje le siguió durante más de 14 meses a los partidos y eventos públicos, pero también en su vida cotidiana, en su casa de La Finca, con su hijo, Cristiano Jr. o Cristianinho. “Siempre quiero más”, dice poco después. Más goles. Más títulos. Más Balones de Oro. Pero también más colaboraciones con marcas. Y aumentar sus negocios. La ambición es la única filosofía que entiende Cristiano Ronaldo. Le ha llevado a ser el mejor futbolista del mundo, y, según publicó Forbes hace unos días, el deportista mejor pagado del mundo, por encima de Messi, LeBron James o Federer.
Según la revista, en 2015 Ronaldo ganó 77,1 millones de euros, de los que más de 45 provienen de su contrato con el Real Madrid. El resto, unos 30 millones, lo gana con sus colaboraciones con marcas como Nike, su socio más antiguo, desde los tiempos del Manchester United; Tag Hauer o la firma de ropa portuguesa Sacoor Brothers. Pero también obtiene beneficios de la explotación comercial y diversificación de su marca personal, CR7, sus iniciales y el número de su camiseta en el Madrid, con la que ha creado una línea de ropa interior, camisetas, calzado y colonias.
“Lo que me empuja como atleta es ser mejor cada vez y ser el mejor en lo que hago”, le decía el año pasado a la misma publicación, cuando aún estaba en el tercer puesto de la lista de los deportistas mejor pagados. “De la misma manera que quiero ganar en el campo, quiero ser parte de proyectos ganadores y de marcas de alta calidad, aquellas que tienen gran potencial e innovación”. Aunque lo aplicaría a cualquiera de sus colaboraciones, hablaba entonces de su asociación con la empresa tecnológica Monster y el portal de ventas online eBay para crear la marca ROC, una línea de altavoces y cascos de diseño dirigida a los fans de Ronaldo, y su penúltima aventura en el mundo empresarial. ROC es una línea tan enfocada a sus seguidores que no hicieron publicidad convencional, se anunciaron única y exclusivamente a través de las redes sociales del futbolista. También son su fuerte, y un campo en el que ha ganado a otros deportistas. Ronaldo tiene más de 200 millones de seguidores combinados en Instagram, Twitter y Facebook. Un récord al que solo han llegado Justin Bieber y Taylor Swift. Solo en Facebook, Cristiano, de 31 años, supera los 112 millones de amigos, más que nadie en el mundo.
Más valioso aún para las marcas son las interacciones que genera en las redes sociales, tanto a partir de sus publicaciones sobre su vida personal como de sus éxitos o sus patrocinios. “Cualquier cosa que publique en redes sociales genera conversación”, explica Ismael El-Qudsi, consejero delegado de SocialPubli.com. “Según se dice, un tuit suyo podría costar unos 100.000 dólares (más de 87.000 euros), aunque no merece la pena contratar a un artista por un solo tuit, sino que se negocian paquetes”. “Un tuit de un jugador de la selección española de fútbol costaría unos 10.000 euros, dependiendo de su número de seguidores”, compara El-Qudsi.
Según Forbes, ese éxito en las redes ha devuelto a sus patrocinadores un beneficio del 449% a cambio de los 30 millones de euros que le pagaron por promocionarlos. Los 59 posts patrocinados de Nike que el portugués publicó en 2015 le generaron 36 millones de dólares a la marca. Le pagaron 13 millones por vestir su ropa y publicitarla.
“Mi trabajo es jugar al fútbol, pero la vida no siempre será así”, decía recientemente para explicar por qué dedica tanto tiempo, esfuerzo y dinero a sus negocios. Una reflexión que hacía precisamente en la presentación de su última aventura empresarial: una cadena de hoteles de lujo con su marca, CR7, en la que ha invertido más de 35 millones de euros. “No lo haría de otra forma. La marca CR7 es un reflejo de quién soy, de mis instintos y mis valores”, explicaba a una publicación de viajes esta semana en un descanso de la Eurocopa. Asociado con el grupo hotelero portugués Pestana, está a punto de abrir el primero de cuatro hoteles de lujo en Funchal, su ciudad natal en la isla de Madeira, donde construyó un museo con sus éxitos y aún vive su madre. A este le seguirán hoteles en Madrid, Lisboa y Nueva York.
“Quiero vivir como un rey”, dice Cristiano en el documental. Ahora lo hace —tiene, por ejemplo, su propio avión privado—, y prepara su futuro para seguir viviendo igual cuando el fútbol se acabe. Su ambición y orgullo, que nunca esconde, despierta en la gente un amor-odio que también es parte de su éxito, en el que le acompañan un pequeño círculo de personas: su familia y su representante, Jorge Mendes, y un puñado de amigos. Si algo revela la película es la soledad en la que vive: “La gente en la que de verdad confío es muy poca… La mayor parte del tiempo estoy solo”.
Igual que ha roto moldes dentro del campo, lo hizo fuera, en el terreno personal, cuando en 2010 dio a conocer a su hijo, nacido en Estados Unidos, que ha criado solo. Jamás ha revelado la identidad de la madre ni ha confirmado que fuera madre de alquiler. “Y nunca lo haré”, dice en el filme. Quería ser padre joven y tener un sucesor. Alguien a quien transmitir su legado, estrella y emporio empresarial.
El museo de CR7 gana músculo
El museo de Cristiano Ronaldo, que se ha hecho Cristiano Ronaldo, ha ganado músculo. En unos días se inaugura su nueva sede en Madeira. Tiene el triple de metros cuadrados, el doble de pisos y de estatuas que el inaugurado hace tres años. Lo peor de aquel primer intento era, siendo de quien era, su modesta dimensión, un trastero de trofeos más que un museo.
El nuevo corrige tamaño fallo. Ya en el centro de Funchal, presenta esculturas gigantescas de sí mismo, en bronce y en cera, balones y botas de oro, muchas medallas y muchas camisetas. También ha ganado interactividad. Los fans de Cristiano pueden fotografiarse con Cristiano, hablar con él o pedir más información de Cristiano al empleado del museo, primo del futbolista. Si el visitante acaba cansado de éxitos, allí mismo le ofrecen habitación, pues el museo se encuentra dentro del primer hotel de la cadena CR7.
Históricos deportistas como Michael Jordan, Eddy Merck o Cassius Clay carecen de un museo; otros, como Jack Nicklaus o Pelé, lo tienen por iniciativas sociales. Con este museo, Cristiano ostenta otro récord en la historia del deporte: un museo de sí mismo pagado por él mismo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.