_
_
_
_

En Brasil cayó hasta El japonés de la Federal

Un policía, convertido en símbolo de la lucha contra la corrupción, detenido por contrabando

Antonio Jiménez Barca
El policía Newton Ischii (izquierda), junto al jefe de Gabinete de Lula, José Dirceu.
El policía Newton Ischii (izquierda), junto al jefe de Gabinete de Lula, José Dirceu.

Newton Ischii, un policía brasileño de Curitiba, se convirtió en un agente famoso hace meses, cuando su cara, de rasgos asiáticos por su origen efectivamente japonés, salía en todos los telediarios nacionales escoltando a detenidos del caso Petrobras camino de la comisaría. Arrestaban al mayor empresario de Brasil, Marcelo Odebrecht, y a su derecha aparecía Ischii. Detenían al conocidísimo exministro João Dirceu, y ahí estaba nuestro agente, con su placa colgando del cuello y sus gafas y chaleco salvavidas de poli televisivo y moderno, mostrándole al otro la puerta del coche patrulla.

Tanto salió (tantos eran los corruptos) que cuando las noticias abrían con una nueva fase de esta operación (y van 29), había quien ya no se preocupaba de saber quién iba a la cárcel ese día sino si al lado del corrupto de turno caminaba el amigo Ischii.

Así, se convirtió en El japonés de la Federal,con un mote como de película de Buster Keaton. Se publicaron reportajes sobre él; en el último Carnaval se compusieron canciones con él de protagonista (Ai, meu Deus, me dei mal, bateu a mina porta O japonés da Federal. “Ay, Dios mío, qué mal, llamó a mi puerta El japonés de la Federal”). En febrero, en una visita al Congreso, los diputados se lo disputaban para hacerse selfies a su lado.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El mismo Lula, el pasado 4 de marzo, al ver a dos policías desconocidos a la puerta de su casa de São Paulo para llevarle a declarar, en un arranque de humor negro, les preguntó:

— ¿Y no viene El japonés de la Federal?

Se especuló, incluso, con la posibilidad cierta de que Ischii entrara en política, dada su popularidad y a que se había convertido en una suerte de símbolo de la lucha contra la corrupción en Brasil.

Pero, ay, el miércoles 1 de junio, El japonés de la Federal fue detenido, acusado de integrar, junto con otros policías de Curitiba, una red que contrabandeaba con Paraguay. Se acabó el símbolo. O tal vez no: algunos sostienen que ahora sí que se ha convertido en un verdadero espejo de Brasil.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_