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Tentaciones
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7 cosas que hemos aprendido leyendo la biografía de Tracey Emin

‘Strangeland’, la biografía de la artista británica nos ha enseñado que es mejor vivir sin compadecerse, con sensatez y un poco de humor.

Portada de 'Strangeland' (Alpha Decay), la autobiografía de Tracy Emin.
Portada de 'Strangeland' (Alpha Decay), la autobiografía de Tracy Emin.

“Imaginad lo que debe ser alcanzar todas tus metas sin dudas, sin cuestionarte nada [...]”. Esta es una de las frases que se encuentran en Strangeland, la biografía de Tracey Emin. La artista británica, uno de los miembros destacados de los Young british Artist, se abre en canal en un libro en el que recorre su vida con la honestidad brutal como hilo conductor y no duda en desgranar todas las penurias y las alegrías que han ido salpicando su vida.

A lo largo de las 233 páginas del relato Emin –que posee la Orden del Imperio Británico y es miembro de la real Academia de las Artes de Gran Bretaña– cuenta cuál ha sido su hoja de ruta de vital hasta convertirse en la persona que es. Por su filosofía y por su talento para la comunicación te contamos X cosas que hemos aprendido de la vida después de leer la biografía de una de las integrantes de ese selecto grupo llamado Young Strangeland.

1.- No autocompadecerse.

A Emin la violaron siendo adolescente, la figura de su padre fue un ente intermitente, hubo momentos en los que apenas tuvo para comer, los hombres de su vida fueron (a veces) como un chiste de mal gusto… Y aún así, ni una mísera lágrima de ‘pobrecita yo’. Recuerda el mensaje de este neor de Emin: “La última gran aventura eres tu”.

2.- Ser masoquista en el amor es una estupidez.

Como también lo es envolverse en una inercia que te lleva a hacer las cosas por pura rutina y no por deseo. En un par de frases Emin explica muy bien de qué va todo esto: “A veces en la vida follas y no sientes nada: al margen de ‘No voy a volver a hacer esto jamás’”. Pues eso.

3.- Persigue al arte –y la cultura– como si fueras un cazador furtivo.

La buena de Tracey viajó hasta las cataratas del Niágara en una “época en la que andaba muy deprimida”, viajó a Egipto a para ver el Valle de los Reyes y a Oslo para ver su cuadro favorito: El grito, de Munch. "Para mi el arte es como un amante cuyo amor en sí nunca ha bastado", dice Emin en su libro. Viaja con la excusa de ver una exposición, persigue por el mundo a tu artista favorito, emociónate a lo loco con tu obra favorita. Cuando no hay nadie al volante se disfruta mucho. Déjate llevar.

4.- La masculinidad tiene una explicación.

El capítulo dedicado a los hombres es uno de los más brillantes de Strangeland. ¿La razón? Con doce palabras –el mismo número de letras que tiene la palabra masculinidad– Emin explica el universo de los hombres de una manera ingeniosa y sensata. Una de las palabras que utiliza es carisma. Y dice así: "Carisma. Se trata de algo que el hombre de verdad tiene: un pasado, presencia, respeto ganado. Alguien que posee algo que la mayoría carece. Algo que no se puede tocar pero sí notar".

5.- Abortar es cosa de dos.

Tracey Emin relata en el libro los dos abortos que sufrió. En uno de ellos, con 19 años, tenía pareja estable y por un momento pensó en tener el bebé. Pero finalmente decidió interrumpir el ambarazo porque se dio cuenta de que eso no era lo que quería. Emin ha hablado numerosas veces sobre la maternidad y por qué ha decidido no tener hijos. Como recomendaciones principales Emin aconseja ir a una clínica acompañado por alguien de confianza y no dudar en acudir a un psicólogo si después de la intervención aflorasen sentimientos contradictorios.

6.- No digas que sales a tomar solo una caña. Terminarás de after. O adquiriendo fama mundial.

¿Os acordáis de la frase ‘Sí ya sabes cómo me pongo pa’ qué me invitas’? Tracey lo cuenta muy bien en un capítulo llamado Mi cielo alcohólico. En él narra cómo su borrachera en la gala de los premios Turner de 1999 le dio tal repercusión que al día siguiente de la gala su cara estaba en todos los periódicos, hablaban de ella en la radio … ¿Lo mejor de esa noche? Que sus obras de arte se empezaron a vender “como rosquillas” y que se acordó muy cariñosamente de su madre. Pero ojo, este tipo de jugadas son una verdadera ruleta rusa. Más vale no abusar de la suerte.

7.- Tus padres estaban en lo cierto: no hacer la cama tenía un precio.

My bed, una de las obras más significativas de la producción de Emin ha sido vendida por más de tres millones de euros hace dos años. Esa cama es puro eminismo ilustrado y contiene una amalgama de objetos personales revueltos, manchas de fluídos corporales, botellas de alcohol, preservativos y cigarrillos que cuentan la semana que pasó Emin dentro de ella.

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