15 razones para visitar Nepal después del terremoto
Como ya os comenté en el post anterior, estoy de viaje por Nepal, un país que después del doble terremoto de 2015 está sufriendo otra catástrofe: el olvido. Por miedo o por desconocimiento, los viajeros y las expediciones han dejado de ir a Nepal. Paseando estos días por Pokhara, por Katmandú o por Bhaktapur he visto restaurantes vacíos, hoteles vacíos y guías mano sobre mano, preocupados por el futuro. Sin embargo, la impresión sobre el terreno es que éste no es un país borrado del mapa ni arrasado por los seísmos: su patrimonio cultural sigue siendo inmenso pese a que se hayan caído algunos templos y su naturaleza y la simpatía de sus gentes siguen intactas. Esta sería la primera razón para volver a Nepal tras el terremoto.
Por si te sabe a poco, aquí van otras 14:
1. La plaza Taumadhi de Bahktapur
Por fortuna, la que para mi es la plaza más bella de Nepal no sufrió ningún daño con el seísmo. La pagoda Nyatapola, que con sus nueve pisos es la más alta del país y joya de la arquitectura newari, sigue en pie. Junto al contiguo templo Bhairav componen un entorno medieval por el que no ha pasado el tiempo.
2. Bandipur
No son muchos los viajeros que se desvían en la carretera que va de Katmandú a Pokhara para subir a esta pequeña aldea, uno de los pueblos con más encanto de Nepal. La calle mayor peatonalizada y rodeada de casas tradicionales newari es un remanso de paz y armonía en contraste con el caos de Katmandú.
3. Durban Square de Bhaktapur
La plaza del Palacio de Bhaktapur –en mi opinión, mucho más bonita que la de Katmandú- sufrió algunos daños, pero en general el conjunto conserva casi todo su esplendor. Se vino abajo el templo Vatsala, que era de piedra y estaba en el centro de la plaza, y otro templo menor situado en una esquina. La fachada de la Galería Nacional de Arte ha tenido que ser apuntalada.
4. Pokhara, la nocturna
La ciudad favorita de mochileros y senderistas apenas se vio afectada por los temblores. Sigue igual: una sucesión de guest-house, hoteles de todo tipo, pizzerías, agencias de viaje de aventura, tiendas de recuerdos y bares con música en vivo con el mejor ambiente nocturno de Nepal. A mi particularmente no es el sitio que más me gusta de Nepal: este modelo de ciudad “lonelyplanet” la he visto en tantos lugares del sudeste asiático que no me aporta nada. Pero solo por dar un paseo al amanecer por su famoso lago y subir al mirador para ver el macizo de los Annapurnas y el resto de picos del Himalaya merece la pena el viaje. El Busy Bee y el Club Amsterdam siguen siendo los bares con mejor ambiente nocturno.
5. El templo de los Monos
Swayambhu Nath –el templo de los Monos- es uno de los lugares más visitados de Katmandú. Sigue en pie, con sus excelentes vistas del valle, su enorme estupa blanca y dorada y sus cientos de peregrinos rezando mientras hacen girar las ruedas de oración. También siguen allí sus descarados monos, que no dudarán en quitarte la comida que lleves en la mano al menor descuido. El terremoto derribó una de las dos torres blancas que escoltan el templo y dañó algunos edificios del entorno.
6. Plaza Durbar de Katmandú
Por desgracia, es el espacio arquitectónico más afectado por el terremoto, que derribó la Casa de Madera (en la murieron en el acto 180 personas), el templo de Mohan Narayan y el templo Maju Dewal, más conocido como el templo de los hippies. También resultaron dañados otros edificios -entre ellos, la casa de la Kumari-, que ahora están apuntalados. Como es la plaza más emblemática del país, y en ella se cebaron todos los medios de comunicación del mundo durante la cobertura del terremoto, la imagen que se transmitió al exterior era que todo el patrimonio monumental de Nepal se había visto igualmente afectado. Pero nada más lejos de la realidad. Aunque es verdad que la Durbar Square de la capital tardará muchos años en recuperar su esplendor.
7. Thamel, como siempre
El barrio de los mochileros ni se enteró. Sigue igual: un laberinto de callejuelas ruidosas y bullangeras llenas de tiendas de ropa de montaña y de souvenirs, hoteles baratos, restaurantes más baratos aún y ambiente joven.
8. Probar la comida nepalí
Un país tan singular, con más de 100 lenguas y etnias entre sus fronteras, que abarca desde las calurosas llanuras tropicales del sur hasta la cima del Everest tiene a la fuerza una gran diversidad culinaria. Recomiendo probar el dal bhat, la comida nacional: una base de arroz blanco y sopa de lentejas a la que se añade algún curry de verduras y circunstancialmente carne de pollo o cordero. Se come con la mano y con la bandeja apoyada en el suelo. O los momos, empanadillas de masa cocida y rellena de carne. Hay buena cerveza (Everest o Gorkha serían mis recomendaciones). Los nepalís brindan con raksi, un orujo de arroz de 40 grados. Y pasan el día bebiendo te con leche y cardamomo.
9. Disfrutar de las estupas
Las estupas –lugares de oración budistas que contienen reliquias- son uno de los iconos del país. La más grande y famosa, la de Bodanath -en Kahtmandú-, se agrietó con el terremoto, por lo que han aprovechado para quitar la torre final y rehacerla de nuevo. Sigue siendo visitable y al atardecer hay cientos de fieles budistas dando la tres vueltas de rigor en sentido contrario a la agujas del reloj, pero la cúpula está ahora mismo en obras. Más pequeña, pero intacta y en perfecto estado para fotografiarla es la de Charumati, que data del silgo II y está también en la capital.
10. Pashupatinah
El crematorio más famoso de Asia, después de Benarés, también está intacto. Y se siguen haciendo a diario las cremaciones rituales a la vista de todo el mundo que tanto impresionan a los turistas.
11. La vista del Himalaya desde Nagarkot
El mejor y más cercano lugar a Katmandú para ver los Himalayas es esta montaña de 2.200 metros de altitud en la que se han construido un montón de hoteles de todos los precios cuyo reclamo es ver amanecer sobre la cadena montañosa más alta del mundo. Ahora bien, si vas hasta allí y amanece un día nublado (como me pasó a mi) y no ves las montañas hay poco más que hacer en la colina, más allá de acercarte a visitar el templo Changu, que según dicen es el más antiguo de Nepal.
12. Los impactantes arrozales
Nepal tiene muchas caras, según la época. De febrero a abril hay una temporada alta porque llueve poco y es el momento de atacar la alta montaña, pero los campos están marrones y el paisaje desmerece. De junio a septiembre llegan las lluvias y es mal momento para el trekking y el montañismo, pero los arrozales se visten de un verde eléctrico y el paisaje alcanza su máximo esplendor. Octubre y noviembre es otra vez temporada seca, los campos amarillean y es la mejor estación para el trekking.
13. Plaza Durbar de Patán
De las tres plazas Patrimonio de la Humanidad (Katmandú, Bhaktapur y Patán), ésta última es la que mejor aguantó los terremotos de 2015. Excepto dos templos menores, la pequeña pero espléndida plaza continua igual de sugerente. También el Templo Dorado, un lugar de oración budista que data del siglo XII y cuyo sumo sacerdote es un niño de 12 años.
14. Hacer un trekking
Nepal es un país de paisajes sorprendentes, pero donde de veras empieza a ponerse espectacular es por encima de los 3.000 metros. Estar en Nepal y no hacer un trekking es como ir a París y no ver la torre Eiffel. Los hay de todo tipo de distancia y dificultad. Lo mejor es informarse en alguna agencia y buscar uno que se adapte a nuestras condiciones físicas y nuestro calendario. Aunque muchos valles sufrieron los efectos del primer seísmo (en especial el valle de Langtang, donde hubo mucho muertos), casi la totalidad de las rutas de trekking siguen abiertas y a la espera de que lleguen expediciones.
Todas las fotos:© Paco Nadal
Y una más... esto de aquí abajo también es Nepal, hoy. Unas300.000 personas perdieron sus hogares durante los dos terremotos. La mayoría sigue viviendo en tiendas de campaña. Con tu visita a Nepal puedes contribuir a que mejore la economía. Pero si no tienes pensadoir, también puedes ayudar colaborando con las muchas ONG's que trabajan sobre el terreno con los damnificados.
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