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La moda masculina que viene

Londres, día 3: ¿moda para ligar?

La tercera jornada de la Semana de la Moda de la capital inglesa deja un rastro de 'selfies', mensajes privados y 'techno'

Daniel García López
La tercera jornada de la pasarela masculina de Londres ha estado protagonizada por la deconstrucción subversiva de JW Anderson (izquierda) y las subculturas evocadas por Moschino.
La tercera jornada de la pasarela masculina de Londres ha estado protagonizada por la deconstrucción subversiva de JW Anderson (izquierda) y las subculturas evocadas por Moschino.

–Hola, ¿qué tal?

La colección de JW Anderson para el otoño de 2016 trae seda, estampados y cortes asimétricos
La colección de JW Anderson para el otoño de 2016 trae seda, estampados y cortes asimétricos

–Normal, en el trabajo.

–¿Qué te trae por aquí?

–El desfile de J.W. Anderson.

Ropa deportiva, subculturas y Gilbert & George en uno de los diseños de Jeremy Scott para Moschino.
Ropa deportiva, subculturas y Gilbert & George en uno de los diseños de Jeremy Scott para Moschino.

Esto no es la reproducción de un intento de ligar fallido en la puerta de un desfile, sino la reproducción de un intento de ligar fallido en un chat, la mañana del domingo, en Grindr. El pantallazo de la conversación corrió como la pólvora (incluso sin wifi) por las filas de asientos de Jonathan Anderson, la primera colección de la mañana. Como se había anunciado días antes, el diseñador norirlandés difundió su desfile en streaming a través de la red social gay, en la que ha sido la jugada marketiniana más sonada de lo poco que llevamos de temporada.

Presentada al ritmo de techno duro, la ropa ya era bastante provocadora por sí sola (conjuntos de levita y pantalón de seda con estampados alucinógenos de caracoles, peletería de colores y joyería de plexiglás como sacados de Party Monster), pero la cultura digital, y sobre todo la revolución que ha obrado en las relaciones personales, es el último capricho de una industria con idénticas ganas de epatar que de mantenerse relevante, tanto en el lujo como en otros sectores. La noche antes, la firma de vaqueros Diesel había presentado su última campaña: una serie de mini vídeos en los que sus protagonistas se comunican a través de emoticonos, selfies y hashtags.

Los diseños sostenibles de Christopher Raeburn se complementan con calzado de Clarks, que esta temporada renueva su colaboración con el diseñador británico.
Los diseños sostenibles de Christopher Raeburn se complementan con calzado de Clarks, que esta temporada renueva su colaboración con el diseñador británico.

Anderson se ha convertido en uno de los reyes de Londres: diseña para Loewe, su marca se desarrolla con rapidez gracias a la inversión del grupo LVMH y ha demostrado que su inteligente ritmo de demoliciones controladas en la casa del buen gusto no sólo genera titulares, sino que vende como churros el nuevo símbolo de estatus asequible de la ropa de hombre: el punto. Es menos aparatoso que los accesorios, más reconocible y encaja de forma natural en nuestros armarios. Este invierno, raro es el día que no asoma la cremallera rectangular de un jersey de Anderson bajo la camisa o la cazadora de tu compañero de fila.

Provocación, techno, rebelión juvenil: Jeremy Scott introdujo parecidos ingredientes que Anderson en su colección para la italiana Moschino, pero sin las ganas de desconcertar del norirlandés. "Me gusta la idea de las prendas híbridas, pero en realidad esta vez he trabajado con formas casi... clásicas", explicaba Scott después de que su casting mixto hubiera paseado una colorida colección de ropa punk (bombers, vaqueros ajustados, botas de combate), literalmente bañada en pintura de Gilbert & George: la pareja de artistas ingleses le ha dado carta blanca al diseñador norteamericano para aplique sus obras en su colección de Moschino del próximo invierno.

 

El último desfile de Scott fue una memorable fantasía (había disfraces de María Antonieta para hombre), pero el del próximo invierno, comercial y coleccionable a partes iguales, es todo un alarde de sabiduría fashion. Sobre todo ahora que las ferias de arte han sustituido a las pasarelas como feria de las vanidades y las cuentas bancarias.

A la Antártida, rápido

Tan solidaria como está siendo esta temporada de desfiles, queda la duda de si en su vocación de ignorar el cambio climático hay crítica o esperanza. La colección masculina de Belstaff, fiel a su herencia de fabricante histórico de robustas cazadoras, tenía borrego, acolchado técnico, plumíferos, cuellos de pelo y, en los looks más polares, todo junto. Algo parecido, pero más experimental, suele proponer el británico Christopher Raeburn. Esta vez, el filtro estaba en Mongolia: bordados, patchwork y zapatos Clarks de inspiración sherpa.

Un contrapunto étnico al punto de vista tecno-sostenible de Raeburn, y también la excusa para lo que, con toda probabilidad, volará de los percheros: jerséis de punto con el simpático dibujo de un leopardo de las nieves bordado con trazo infantil. Ni un rudo explorador se resistiría a algo tan mono.

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Sobre la firma

Daniel García López
Es director de ICON, la revista masculina de EL PAÍS, e ICON Design, el suplemento de decoración, arte y arquitectura. Está especializado en cultura, moda y estilo de vida. Forma parte de EL PAÍS desde 2013. Antes, trabajó en Vanidad y Vanity Fair, y publicó en Elle, Marie Claire y El País Semanal. Es autor de la colección ‘Mitos de la moda’.

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