Hazañas de carne y hueso
No todo es ficción. Stallone regresa con una secuela de ‘Rocky’ y Tom Hanks encarna al piloto que amerizó en el río Hudson
A los 30 años a Sylvester Stallone nadie le daba un papel en el cine, por eso decidió escribir su propio guion. Nunca le había interesado mucho el deporte, pero se inspiró en el combate de pesos pesados de boxeo en marzo de 1975 entre Muhammad Ali y Chuck Wepner en Cleveland, en el que Wepner, un púgil de 36 años, aguantó hasta casi el final del 15º asalto, el último, para sorpresa de todos. Stallone se encerró tres días en su casa, pintó las ventanas de negro para que nada lo distrajera de su trabajo con la máquina de escribir… Y así nació el mito de Rocky Balboa.
A veces, los héroes de la vida real parecen más indestructibles que los superhéroes. Y el potro italiano ha sobrevivido a oleadas de mala suerte, siempre con dignidad. Y con humanidad. Por séptima vez el hijo más famoso de Filadelfia vuelve a la pantalla. Obviamente no boxea. En Creed (en España se estrenará el 29 de enero) entrena al descendiente secreto de su viejo rival, Apollo Creed, en una cinta que podría llevar a Stallone a los Oscar, esta vez como actor secundario.
Mucha gente cree que Rocky Balboa existió, confundida tal vez porque el mote de Robert Balboa homenajea al auténtico boxeador Rocky Marciano. En los próximos meses en el cine sí habrá espacio para personajes inspirados en la realidad, seres humanos cuyas acciones superan cualquier vuelo de Superman. Entre ellos, los 33 mineros chilenos atrapados durante 68 días a 720 metros de profundidad en 2010. Todos salieron, gracias más a su capacidad de solidaridad que de supervivencia, y a ese espíritu rinde tributo Los 33 (estreno previsto el 22 de enero), con Antonio Banderas y Mario Casas poniendo rostro a algunos de los mineros: porque una cosa son los hechos reales y sus protagonistas, y otra que el cine se reserve la capacidad de embellecer sus rostros.
Sin belleza, con toda la sordidez, la dureza y la brutalidad de los hechos narrados, está Spotlight (29 de enero), de Tom McCarthy, que reconstruye la investigación de los reporteros de The Boston Globe que sacó a la luz la lacra de los sacerdotes pedófilos en la capital de Massachusetts, un escándalo que se había tapado desde diversos estamentos de poder. Los auténticos periodistas han mostrado su sorpresa al verse fielmente reflejados en pantalla. Ellos y su trabajo, mostrado con absoluto rigor por McCarthy en un estilo que recuerda al de los thrillers clásicos de los años setenta. Aquí hay héroes tanto entre quienes pusieron en papel la noticia como entre las víctimas que testificaron contras quienes habían abusado de ellos de pequeños.
Otro caso bigger than life, que pedía a gritos su reflejo en la gran pantalla, es el del artista danés Einar Wegener, quien en 1930 se convirtió, vía cirugía alemana en aquellos años experimental, en el primer transexual de la historia. Apoyado por su esposa, la también artista Gerda Wegener, encontró en París y como mujer su ansiada libertad. Con La chica danesa (estreno el 15 de enero) Eddie Redmayne podría conseguir su segundo Oscar… El primero lo logró encarnando a otro héroe de carne y hueso, Stephen Hawking.
Tom Hanks, que aún tiene en cartel El puente de los espías, en la que interpreta al abogado —otro héroe salido de la nada— James B. Donovan, encarna a otro personaje anónimo que sobresale en un momento dramático en Sully, de Clint Eastwood. Hanks se ha mimetizado en el piloto Chesley Sullenberger Sully, quien en enero de 2009 salvó a las 155 personas que iban a bordo del vuelo de US Airways al lograr amerizar en las aguas del río Hudson. Sully se convirtió en el héroe neoyorquino de la década. A ver si Batman supera eso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.