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CONVERSACIÓN GLOBAL

Bruselas y Moscú quieren instalar un teléfono rojo

La Duma y el Parlamento Europeo piden que sus diputados salgan de las listas de sanciones

Lucía Abellán

Los parlamentarios rusos y los europeos buscan un teléfono rojoque rompa el aislamiento entre las dos Cámaras. A raíz del conflicto en Ucrania, la UE creó una lista de sancionados a los que se prohibía pisar suelo comunitario, entre ellos muchos diputados de la Duma. Como represalia, Moscú elaboró una lista negra con 89 cargos públicos europeos que tienen vetado el acceso a Rusia. “Incluso durante la guerra fría podíamos citarnos para acordar que estábamos en desacuerdo. Ahora hasta eso es imposible”, lamentan fuentes del Parlamento Europeo.

Esta Cámara ha alzado ahora la voz para tratar de revertir una situación que dura ya más de año y medio. En una acción coordinada con miembros de la Duma rusa, los socialdemócratas en la Eurocámara han pedido a los Gobiernos europeos que levanten las restricciones de movimiento que pesan sobre 149 personas. “En estos tiempos difíciles, en lugar de decretar silencio necesitamos diálogo político, más que nunca”, defiende Knut Fleckenstein, eurodiputado alemán a cargo de la ahora moribunda comisión de cooperación parlamentaria entre la UE y Rusia. Su colega ruso Aleksey Pushkov objeta la medida comunitaria con argumentos sensibles para cualquier europeísta: “Las sanciones contra los diputados contradicen la esencia del parlamentarismo europeo y los valores de la democracia”. De momento han logrado traspasar la barrera del hemiciclo comunitario. Su presidente, Martin Schulz, trasladó el mensaje en la cumbre celebrada la semana pasada en Bruselas. Schulz pidió a los líderes que reconstruyan los puentes rotos.

Los gobernantes europeos son ahora más receptivos al entendimiento con Rusia. El papel central que desempeña su presidente, Vladímir Putin, en el diálogo para intentar solventar la guerra siria blinda su figura. De momento el veto a los viajes de altos cargos rusos se mantiene y las sanciones económicas están a punto de renovarse. Pero Bruselas cada vez emplea menos ardor en defender esta postura, a pesar del disgusto que eso genera en Polonia y otros socios del Este.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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