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La peor semana de Instagram: ahora también se marcha la Barbie 'hipster'

Con más de un millón de seguidores, la creadora de la famosa cuenta desvela su identidad y sigue el mismo camino que la modelo Essena O'Neill

Una de las fotos publicadas en Instagram en la cuenta de Socality Barbie, que aparece con un un amigo, los dos muy 'hipsters'.
Una de las fotos publicadas en Instagram en la cuenta de Socality Barbie, que aparece con un un amigo, los dos muy 'hipsters'.

Mala semana para Benzema, y para Instagram. Primera gran crisis en sus cinco años en la red social más poderosa de la actualidad: se marchan, con mucho ruido en la forma y en el fondo, dos de sus clientas más mediáticas. Y ambas las dejan para emprender camino hacia el mismo destino: el mundo real, lugar del que, según ellas, Instagram está cada vez más lejos. Así pues, a la modelo Essena O’Neill se suma hoy mismo una celebrity aún más poderosa: la que llaman la Barbie hipster. Aunque el lector puede presumir cierta ironía estamos ante algo serio. Socality Barbie, que así se denomina el perfil de esta muñeca, cuenta con 1,3 millones de seguidores, casi el doble que O’Neill, 712.000, y apenas 200.000 menos que el modelo que parece el mejor amigo de tu hermana pequeña, Lucky Blue Smith, fenómeno de la moda en esta red social y personaje que ha alcanzado esta cifra de seguidores con seis veces más publicaciones que las subidas por esta Barbie lectora de la revista Kinfolk, biblia del hipsterismo.

Empecé la cuenta para burlarme de todas las tendencias ridículas de Instagram”, señala la creadora

En solo cinco meses hemos visto a la Barbie hipster hacer todo lo que las estrellas de Instagram realizan a diario: mostrar detalladamente sus estilos, fotografiar sus capuccinos espumosos decorados con un corazón, retratarse en marcos incomparables (como bosques o lagos), poner frases trascendentes y de auto ayuda nivel Paulo Coelho, o enseñar suculentos helados que, nos tememos, nunca serán ingeridos. Y siempre con la perfección a la que Instagram nos ha acostumbrado. Hasta que ha dicho basta.

Pero, ¿quién está detrás de este perfil tan popular? Con el cierre de la cuenta ha salido a la superficie su creadora. En la última imagen del perfil de Socality Barbie, la joven Darby Cisneros aparece con su creación confesando que es ella quien movía los hilos de la marioneta (nunca mejor dicho). Darby es una estudiante de fotografía de Oregon, cuya mayor ciudad, Portland, ya fue el lugar elegido para desarrollar la sátira televisiva más hilarante sobre el universo hipster, la serie Portlandia. “No soñaba que fuera a tener tanta repercusión”, confiesa Darby.

Essena O'Neill en una de las fotos que colgaba en Instagram.
Essena O'Neill en una de las fotos que colgaba en Instagram.

Lo que tampoco esperaba era lograr su objetivo tan pronto: que el debate sobre lo ridículo de vivir la vida real mediante el mundo virtual se hiciera visible. Por eso, Cisneros se retira. “Hola, chicos, mi nombre es Darby Cisneros y soy la creadora de Socality Barbie”. Así arranca el breve comunicado. “Empecé la cuenta para burlarme de todas las tendencias ridículas de Instagram”, señala. Y apunta que la red social “pone en duda la autenticidad” de los individuos. “Voy a dejar la cuenta abierta por un tiempo para que la gente quiera mirar a través de ella”. En unos días, la cerrará definitivamente.

Al grito de I believe in the person I want to become! (Creo en la persona en la que me quiero convertir) una Barbie gafapasta, con la melena castaña –que no rubia, eso es muy mainstream– y gorrito de lana a lo leñador que solo ha visto la madera en un Starbucks, este nuevo modelo de muñeca irrumpía en Instagram. Gracias a su imagen y a los escenarios en los que se retrataba, se convertía en estrella hipster.

Con tan sólo 136 publicaciones, Socality Barbie reunía un millón trescientos mil seguidores en lo que era un brillante ejercicio de ironía para denunciar el nivel de vacuo ombliguismo al que está llegando la realidad virtual. No sabemos -ni ella tampoco- qué porcentaje de sus seguidores realmente ha sido consciente de la vocación satírica y de denuncia de Darby y cuál le ha dado de forma compulsiva al botón de ‘like’, simplemente, porque le gustaban las fotos. En un mundo como el de la modernez -y la felicidad que conlleva- aplicada a las redes sociales, donde todo es tan ridículo que parece una parodia de sí mismo, es complicado discernir qué es, como todo lo demás, mentira, y qué va un poco más allá y es sátira.

¿Supondrán casos como el de la modelo Essena O’Neill o el de Sociality Barbie un cambio de paradigma dentro de Instagram?¿Dejaremos de autorretratarnos como ideales muñequitos de carne y hueso en las redes? Veremos...

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