Un multimillonario taiwanés en 2014, que pagó más de medio millón de euros en una subasta por una botella de cristal de lalique de seis litros. Un récord para la marca más prestigiosa de escocia. Viajamos hasta su finca en Speyside, donde se unen la mejor tradición del destilado de malta con las botas de ‘sherry’ fabricadas en jerez.
Ubicada en Speyside, esta región es la más importante de las cinco en las que divide Escocia sus zonas de whisky.Bosque en Lugo, donde crecen algunos de los robles que luego se convertirán en las botas que albergarán el vino de Jerez primero y el whisky The Macallan después.Elaboración de las botas en Jerez, un proceso artesanal que necesita de agua y fuego para retorcer las duelas de madera.Croquis del sistema de corte quartier de los troncos de roble. Para que la madera no deje escapar el líquido, esta es seccionada en el sentido de los radios.Stuart McPherson y Narciso Fernández, maestro de la madera de The Macallan y dueño de la principal tonelería que suministra a la marca escocesa, respectivamente, en la empresa de este último.La destilería de The Macallan, vista desde el exterior, ubicada en una finca junto al pueblo de Craigellachie, al norte de Escocia, en la región de Speyside.Bob Dalgarno, Master Whisky Maker de The Macallan, es el alquimista que prueba y mezcla todos los whiskys. Dalgarno pasa horas en su laboratorio, donde prueba y analiza las 230.000 barricas que tiene la marca.Los alambiques de The Macallan, de 3.900 litros de capacidad, son los más pequeños de Speyside. Su tamaño permite un mayor contacto del spirit con el recipiente, obteniendo así una mayor concentración de sabores.La villa Easter Elchies, construida en 1700, es el hogar espiritual de The Macallan.Detalle del laboratorio de The Macallan, en Escocia. Cada botella contiene una muestra de las 230.000 barricas de la marca. Una auténtica librería del whisky.
