Un circo sin sufrimiento
En Zaragoza, gracias al nuevo equipo de Gobierno de ZEC y al trabajo de los grupos animalistas, no volverán a establecerse circos con animales. No es el único lugar: sólo en Catalunya, un 70% de sus habitantes vive en poblaciones que ya no los permiten. Y lo que parece novedoso no es más que el cumplimiento de una Ley de Protección Animal.
Leo en un diario la carta de alguien irritado por esta medida que habla de la “peregrina idea del bienestar animal”, de “quienes defienden sentimientos que al parecer sólo ellos conocen” y acaba con la exigencia de mantenerlos “por la sonrisa y el bienestar infantil”.
La idea que tilda de peregrina ocupa un espacio creciente en nuestras leyes. Lo que llama sentimientos en los animales que sólo sus defensores conocen son el funcionamiento correcto de su estructura cerebral y sistema nervioso central. En cuanto al bienestar de los niños basta con consultar informes de expertos sobre los peligros de educarlos en la falta de empatía con el sufrimiento animal, y cómo ese error puede desembocar en adolescentes y adultos que, tras comenzar por la violencia con animales, terminan por ejercerla con humanos.— Julio Ortega Fraile.