Un plan para crecer
El PSOE presenta propuestas económicas reformistas y realistas
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dio ayer un paso importante en el camino con el que pretende llegar al Palacio de la Moncloa: presentó las bases de un programa económico de claro corte socialdemócrata, reformista y con una dosis de realismo respecto a algunos asuntos en los que se podía haber caído en la demagogia fácil.
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La Agenda para una recuperación justa es solo el principio de lo que será la oferta electoral socialista para el 20 de diciembre (debe pasar el debate interno y ser aprobada en la conferencia política de noviembre) y, por tanto, tiene lagunas que se irán concretando en las próximas semanas. Además de la obligada memoria económica que asegure que las propuestas se pueden cumplir cuadrando las cuentas, falta definir la política laboral y social, sobre las que se han apuntado algunas líneas de actuación y que, sin duda, serán motivo de debate.
A falta de la letra (incluso la pequeña), se puede decir que la música suena bien y que los planteamientos realizados por el equipo económico del PSOE, dirigido por Jordi Sevilla, son coherentes con el proyecto socialdemócrata que quieren protagonizar. Tres son los objetivos básicos del programa: “Crear empleo, impulsar un cambio en el modelo productivo y reconstruir las grietas del Estado del bienestar abiertas en la última legislatura”. Y para ello proponen un “gran programa modernizador y reformista” sobre la base de lo que definen como economía 4.0.
Es alentador escuchar cómo los socialistas plantean la modernización de la economía no solo en términos de productividad o innovación convencionales, sino también como una necesidad prioritaria para luchar contra la pobreza y reducir desigualdades. Crecer para repartir es la idea fuerza con la que quieren mostrar sus propuestas.
Las proposiciones en materia tributaria y presupuestaria son las que suponen más cambios respecto al actual marco económico en España. El PSOE plantea una reforma fiscal que aumente la progresividad y la equidad, y una política de gasto que priorice recuperar el Estado del bienestar e impulsar la inversión productiva que aumente el crecimiento protencial de nuestra economía.
En el capítulo de los ingresos, el programa se refiere a la necesidad de incidir en las tres fuentes que aseguren el aumento de la recaudación: el aprovechamiento del ciclo económico, la lucha contra el fraude y la reforma fiscal propiamente dicha.
Una reforma tributaria llena de novedades, como la recuperación efectiva de los impuestos sobre el patrimonio y sucesiones (propone un tipo mínimo común nacional que evite que los gobiernos autonómicos los eliminen), el impulso de un impuesto sobre transacciones financieras y el establecimiento de una tributación mínima del 15% en sociedades. Si a ello se unen los 20.000 millones de euros que pretenden recaudar de más con la lucha contra el fraude, se puede concluir que el paquete fiscal puede aportar una mejora importante de la recaudación que permita acometer los proyectos de inversión pública y política social imprescindibles en un programa socialista.
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