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La falta de tiempo, lo poco que nos gusta y las escasas ganas que nos despierta, harían que la limpieza se situara en uno de los puestos más bajos en un ranking ficticio sobre las "tareas domésticas que hay que hacer sí o sí". A pesar de ello, limpiamos todas las semanas tan bien como podemos, sabemos o queremos. Y lo hacemos, según el Informe Empleo del tiempo, conciliación de trabajo y familia 2009 - 2010 (actualizado el 23 de mayo 2014) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 52.682 horas al año, lo cual no está nada mal. Sin embargo, lo que ya no está tan bien es cómo empleamos ese tiempo que pasamos trapo en mano. Ya que, la tendencia general es limpiar lo que se ve, dejándonos por el camino numerosos lugares y objetos cotidianos. Así, pasan las semanas y mientras la encimera de la cocina se mantiene reluciente, las cortinas del baño o la bolsa del gimnasio van acumulando suciedad con el riesgo que eso conlleva para la salud. Así que, parece que se impone una revisión de la distribución del tiempo dedicado a la limpieza del hogar para que algunas de esas horas gastadas limpiando muebles, persianas o cristales, pasen a eliminar la suciedad en el ventilador, el mando a distancia o la bolsa de la compra. Para ello, hemos identificado algunos de esos puntos de suciedad "ocultos" y apuntamos, de la mano del equipo de EsLife, servicio doméstico soluciones prácticas, rápidas y eficaces para limpiar también ahí.
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Cosas que no limpia, pero debería

El pomo de la puerta, el ventilador o el mando a distancia. Objetos que utilizamos todos los días y que son un foco de suciedad

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