¿Quién se preocupa de los derechos de las mujeres en las emergencias?
El Día Mundial de la Población este 11 de julio se centra en la desproporcionada vulnerabilidad de mujeres y niñas durante las crisis humanitarias
Imagínese cómo se debe sentir una persona separada de su familia, obligada a huir de su casa y luego encontrarse viviendo en una tienda de campaña, entre extraños, vulnerables a la violencia sexual. Imagínese dar a luz en estas circunstancias inseguras e insalubres, o mantener el cuidado de un bebé recién nacido, o simplemente tratando de mantenerse limpio y saludable para que pueda seguir adelante con la gigantesca tarea de reconstruir su vida, su hogar, su comunidad.
Mañana, 11 de julio, es el Día Mundial dedicado a la Población. Este año la atención se centra en las poblaciones vulnerables en situaciones de emergencia. Las situaciones descritas anteriormente son una realidad para un número creciente de mujeres, niños y niñas y adolescentes afectados por crisis humanitarias. Ellos y ellas representan el 75 y el 80% de los aproximadamente 65 millones de personas que han sido desplazadas por la fuerza de sus hogares por conflictos o desastres naturales. El Fondo de Población de las Naciones Unidas estima que en Nepal, 126.000 mujeres y niñas embarazadas se vieron afectadas por el reciente terremoto, y alrededor de 40.000 estaban en un mayor riesgo de violencia sexual y de género.
La salud sexual y reproductiva (SSR) es un derecho humano básico, pero cuando ocurre un desastre, los servicios —tales como la planificación familiar— a menudo se descuidan o ignoran. Entre las consecuencias de una crisis, las mujeres y las niñas se enfrentan a conjuntos muy particulares de desafíos, sobre todo si se encuentran embarazadas, nuevas madres, o simplemente si tienen el período. Los riesgos asociados con la violencia sexual también aumentan cuando las poblaciones están siendo desplazadas o cuando la ley y el orden se han quebrado.
Para muchas mujeres, niñas y otras personas en situación de vulnerabilidad, el acceso a un nivel mínimo de servicios de SSR puede garantizar la seguridad, la dignidad y la salud. ONG y agencias de la ONU están trabajando con los gobiernos y otros partners de todo el mundo para asegurar que el paquete de servicios iniciales mínimos (PSIM), un conjunto de actividades y servicios relacionados con la SSR, sean efectivos, eficaces y que sean una de las prioridades entre las intervenciones. Estos esfuerzos son cruciales para las personas, familias y comunidades que luchan por recuperarse.
En el mundo, 225 millones de mujeres no pueden acceder a un método anticonceptivo, aunque quieran evitar o retrasar un embarazo
Es alentador que la Unión Europea parece reconocer esta realidad. El 26 de mayo, los ministros de la UE reconocieron que las situaciones de desastres naturales y provocados por afectan desproporcionadamente a las mujeres y las niñas. Reiteraron su apoyo desde hace mucho tiempo por el derecho humano fundamental de las personas a tomar sus propias decisiones sobre su sexualidad y SSR; un compromiso que abarca tanto la respuesta de la UE a las crisis humanitarias y su política de desarrollo más amplio.
Esto es prometedor ya que el mundo todavía tiene un largo camino por recorrer para satisfacer las necesidades de las mujeres cuando se trata de la salud reproductiva y la planificación familiar —en situaciones de crisis o no—. En el mundo, 225 millones de mujeres todavía no pueden acceder a un método anticonceptivo eficaz para evitar o retrasar el embarazo, a pesar de que ellas quieran. El aumento de liderazgo político y el apoyo financiero de los gobiernos de todo el mundo son por lo tanto fundamentales. Vale la pena recordar que la Cumbre de Planificación Familiar celebrada en Londres en 2012 (FP2020) se hizo coincidir con el Día Mundial de la Población, como parte de un esfuerzo internacional para impulsar el liderazgo y apoyo. Tres años más tarde, aplaudimos la postura progresista que la UE está tomando sobre este asunto. Por supuesto, cómo se va a poner en práctica ese compromiso aún está por verse. También hay que verificar cómo el Parlamento Europeo avanza en la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR) como elementos centrales de su política de desarrollo. Una oportunidad clave será el nuevo Plan de Acción de Género (GAP), que será adoptado este otoño con el telón de fondo de la histórica cumbre de la ONU en septiembre que establecerá los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El GAP es el instrumento que definirá cómo la UE implementa y financia sus compromisos internacionales en materia de igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en el desarrollo y la ayuda humanitaria. Es fundamental que se reconozcan plenamente la SDSR.
Este año, el 11 de julio, mientras los líderes mundiales se preparan para adoptar los ODS, los ministros de la UE nos han dado motivos para esperar que se tomaran en serio los asuntos relacionados a la salud y los derechos sexuales y reproductivos en el corazón del nuevo marco global.
Filomena Ruggiero, miembro del Área Incidencia Política de la Federación de Planificación Familiar Estatal.
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