Cómo de corto debe ser el pantalón del hombre en la oficina

Llega el calor y, como cada año, los hombres se hacen la misma pregunta: ¿por qué seguir vistiendo pantalón largo en la oficina cuando el corto es mucho más fresco y cómodo? El principal motivo es que muchas empresas consideran que es una cuestión innegociable: el largo es lo correcto. Lo explica Ricardo Cancho, 35 años, empleado del departamento de Recursos Humanos de una entidad financiera: "Ni se lo plantean. Algunos bancos están permitiendo a sus empleados prescindir de la corbata, pero la mayoría siguen considerándola obligatoria. Como mucho, en días muy relajados, pantalones chinos y polo, siempre liso".

Pero tenemos una buena noticia: cada vez son más las compañías que permiten a sus empleados alternar la indumentaria formal con prendas más relajadas, incluidos pantalones cortos, en el casual friday o durante los días menos ajetreados de verano. Lo corrobora Javier Ruiz, 30 años, fundador de un estudio de diseño gráfico: "En verano casi todos llevamos pantalones cortos en el día a día. Si hay una reunión con un cliente o una presentación intentamos ir más arreglados, pero para estar delante del ordenador no hay necesidad de mantener ningún código de etiqueta". Si ese es su caso, y si no puede soportar el calor de un pantalón hasta los tobillos, aquí tiene una serie de consejos para evitar que la relajación de la etiqueta se vuelva en su contra.

Tom Ford sentencia que nunca, bajo ningún concepto, hay que llevar pantalones cortos en la ciudad, “sólo en la pista de tenis o en la playa”

Nunca, bajo ningún concepto

Que haga calor no significa que los pantalones largos pasen a ser prendas totalmente aborrecibles. No sea radical y piense que en estas cuestiones hay que combinar la claridad de ideas con la cautela. Todo un gurú del estilo masculino como el influyente diseñador de moda, y cineasta, Tom Ford, sentencia que nunca, bajo ningún concepto, hay que llevar pantalones cortos en la ciudad. “Sólo en la pista de tenis o en la playa”, sentencia. A su vez, otro intocable de la sastrería, el también diseñador estadounidense Thom Browne, asegura llevarlos todo el año. Elija con quién se queda; o, mejor aún, no se quede con ninguno. Confirme que las normas de indumentarias de su trabajo no lo prohíben y, si es así, asegúrese de no tener reuniones importantes o presentaciones en las que unos pantalones cortos puedan dejarle en evidencia. Que su jefe lo admita no significa que otros no vayan a considerarlo una falta intolerable.

Ojo, usted no es Pharrell Williams

Mejor chinos cortos o tipo pantalón de vestir, con pernera recta y levemente estrechada al llegar a la rodilla

Las marcas de moda masculina llevan varias temporadas insistiendo en que el traje de pantalón corto es la prenda esencial de todo hombre, pero ¿cuántos ha visto llevarlos con estilo al trabajo? Una cosa es que el músico Pharrell Williams se presente en los Oscar con un esmoquin de pantalón corto y otra que ese short sea apropiado para su puesto, su empresa y su contexto. Si decide llevar pantalones cortos en la oficina, hágalo siempre como parte de una imagen relajada e informal, no como un intento de innovar en materia de etiqueta.

El tamaño sí importa

Aquí reside la clave de la polémica. Asumimos que un pantalón corto es todo aquel que sube de la mitad del gemelo, pero ¿cuál es la longitud correcta? El columnista Zach Stafford relataba la semana pasada en The Guardian la reticencia que había encontrado ante su decisión de llevar pantalones cortos muy cortos –short shorts– en público. Comentaba que había escuchado gritos y recriminaciones por llevar una prenda que, según varios testigos, daba a sus piernas un aspecto demasiado femenino. Stafford reivindicaba su derecho a llevar pantalones todo lo cortos que se le antojara, y nosotros le damos la razón, pero añadimos una puntualización: es un corte sólo apto para valientes y, sobre todo, para hombres muy seguros de sus piernas. Salvo que usted mida más de 1,75 y tenga la complexión de un adolescente sueco, no se lo aconsejamos. Y, por supuesto, nunca en la oficina.

Tire el pantalón pirata en el contenedor del reciclaje

En el otro extremo está una de las modas más vilipendiadas de la pasada década: los pantalones pirata. Su longitud, a media pantorrilla, podría hacer pensar que son más formales que una bermuda de toda la vida, pero no se deje engañar: hasta que el sentido común no nos diga lo contrario, puede seguir relegándolos al fondo del armario. También puede tirarlos. Y no decimos, por supuesto, que la bermuda sea la única opción: las pasarelas de esta temporada celebran formas muy diversas de pantalón corto holgado por debajo de la rodilla: llenos de bolsillos y con estética hip hop en Givenchy, largos y de cortes limpios en Alexander McQueen y Yohji Yamamoto, o con formas experimentales que coquetean con el pantalón chandalero, como sucede en la colección de Bottega Veneta. Todas ellas son opciones plenamente de tendencia, aunque más apropiadas para lucir en un festival de pop o en un evento deliberadamente arty que para la rutina laboral de cada día.

Conclusión: ir fresco, pero elegante

Si después de echar un vistazo a nuestras sugerencias ha llegado a la conclusión, con nosotros, de que la oficina no es lugar para delirios de pasarela, pase a la acción y hágalo con serenidad. Puestos a elegir corte y material, mejor chinos cortos o tipo pantalón de vestir, con pernera recta y levemente estrechada al llegar a la rodilla, sin volúmenes exagerados y siempre combinados con prendas que añadan un toque de seriedad. Para ello, nada mejor que el cuello de camisa, tal vez en un diseño abotonado con las mangas remangadas o un polo recto. Prescinda de estampados, y elija bien el calzado. Thom Browne siempre lleva las bermudas con zapatos de piel calada tipo brogue y calcetines de tenis, pero no le pedimos tanto: elija zapatos abiertos, de verano, mocasines o zapatillas urbanas sin demasiado volumen. Está en la oficina, no en una pista de skate.