Garfunkel tilda a Paul Simon de monstruo con complejo de Napoleón
El 50% de Simon y Garfunkel arremete contra su antiguo compañero por su corta estatura y le llama “idiota” y “poco generoso”
Quién lo diría, teniendo en cuenta su voz angelical y los ricitos de querubín que hicieron de él, a finales de los sesenta, uno de los hombres más encantadores del pop. Debe de ser que la edad —ahora tiene 73— ha endurecido a Art Garfunkel, la mitad del dúo Simon & Garfunkel, quien en una entrevista para el Daily Telegraph británico se ha despachado a gusto con su excompañero musical, a quien conoce desde la infancia. “Tiene completo de Napoleón. En el instituto me daba lástima por su estatura [Simon mide 1,60 m.]. Como compensación, le ofrecí mi cariño y mi amistad. Y esa compensación ha creado un monstruo”.
En una sola frase lo ha tildado de retaco y aprovechado, además de haber proyectado una lamentable imagen de nerd desamparado de su viejo camarada. Y no parece que utilice “monstruo” en sentido estético (aunque en la misma entrevista, Garfunkel, el guapo del dúo, presume de sus dotes para ligarse a las fans cuando acudían a pedirle autógrafos: “¿Has cenado?”, les preguntaba, súbitamente interesado por su dieta). Quizá la parálisis que sufrió en sus cuerdas vocales —su herramienta de trabajo— en 2010, que le ha mantenido en el dique seco dos años, ha amargado lo suficiente a Art Garfunkel como para arremeter contra Paul Simon (Nueva Jersey, 73 años). Garfunkel aún parece resentido por algo que ocurrió hace 45 años, cuando, en 1970, en plena cresta de la ola, Simon lo dejó tirado para montárselo en solitario. “¿Cómo puedes abandonar cuando estás en la cima del mundo?”, le pregunta a Simon a través del entrevistador. “¿Qué te pasa, idiota?”. Y añade: “Soy yo quien tendría que haber descansado de Paul. ¡Me ponía de los nervios!”.
En el instituto me daba lástima por su estatura [Simon mide 1,60 m.]. Como compensación, le ofrecí mi cariño y mi amistad. Y esa compensación ha creado un monstruo”, arremete Garfunkel
Lo cierto es que, a tenor de sus logros posteriores, parece que Paul Simon hizo lo correcto. Dos de sus discos en solitario (Still crazy after all these years, de 1975, y el imprescindible Graceland, de 1986) fueron reconocidos con sendos premios Grammy al Mejor Álbum del Año, e incluso posee un Grammy honorífico por el conjunto de su carrera. Ha compuesto musicales para Broadway de gran éxito. En 2006, la revista Time lo incluyó en la lista de “Las 100 personas que han dado forma a nuestro mundo”. Tras una gira mundial con Sting en 2014, este pasado mes de abril, Simon volvió al número uno de la lista de ventas británica con su recopilatorio The ultimate collection.
Por el contrario, la carrera en solitario de Art Garfunkel no ha gozado del mismo predicamento. “Le falta pegada”, dijo en una ocasión Paul Simon cuando se le preguntó por la obra de Garfunkel como solista. Lo curioso es que de vez en cuando los caminos de estos dos cascarrabias se han cruzado, como en el histórico concierto que ofrecieron en Central Park en 1981, ante cerca de medio millón de personas, o en el Coliseo de Roma, en 2004, ante 600.000. Tampoco puede decirse que a Garfunkel le acompañe la suerte: el pasado febrero, un conato de incendio en su apartamento en el Upper East Side (Nueva York) destruyó parte de su valiosa biblioteca, repleta de incunables.
Otra espinita que Garfunkel aún tiene clavada es que, según él, en los tiempos del dúo padeció el mismo problema que George Harrison con los Beatles: estaba eclipsado por un Paul (en el caso de Harrison, por Paul McCartney; aunque, evidentemente, no podemos olvidar a un tal John). Por eso, cuando le recuerdan los supuestos celos de Simon a propósito de Bridge over troubled water, la obra maestra final de Simon & Garfunkel, cantada íntegramente por Garfunkel (creando confusión sobre su autoría: la compuso Simon), le parece “poco generoso”. En la actualidad, Garfunkel compagina sus libros de poesía con la música; su último disco salió en 2007 (Some enchanted evening; una colección de estándares norteamericanos), y este pasado marzo actuó en varios países de Europa como parte de una gira que le hará rodar por Estados Unidos hasta octubre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.