Beyoncé no se baña con champán barato
En su último vídeo sale derramando la bebida que Twitter valoró en 18.000 euros. El abucheo fue colectivo “aquí Beyoncé derrama lo que cuesta mi universidad” fue el tuit más famoso
¿Quién podría culpar a un tuitero?
A la cuenta que Obama estrenó en Twitter el lunes le debemos un récord mundial –el presidente aterrizó en la red social a 3.314 seguidores por minuto y durante 24 horas no hubo quien lo parara–; dos fotos subidas por ahora, ambas con él de espaldas para quien quiera verle significado, y un dilema: ¿qué pasa con las muchas amenazas que está recibiendo? En EE UU amenazar a un presidente está penado con una multa de hasta 2.270 euros y cinco años de cárcel. En Twitter, ladrarle a los famosos es casi una norma: Obama fue insultado con un racismo lacerante. ¿Cuál de estas dos culturas ganará? ¿Proteger al presidente o al que insulta desde el anonimato?
Beyoncé no se baña con champán barato
Está Beyoncé tan endiosada en la Red que una de las pocas veces que se habló de forma negativa fue el año pasado, cuando varios fans sospecharon que había photoshopeado una de sus imágenes en Instagram. Es decir, que lo peor que se le ocurrió a Internet para insultar a la cantante fue que parecía demasiado perfecta. Eso hasta ahora: en su último videoclip, Bey sale en una bañera, derramando un champán Armand de Brignac que Twitter valoró en 18.000 euros. El abucheo fue colectivo (“aquí Beyoncé derrama lo que cuesta mi universidad” fue el tuit más famoso). El chasco al comprobar que la botella en cuestión cuesta en realidad 271 euros, fue mayúsculo. La mujer volvió a salir incólume del intento de escándalo. Internet 1, Beyoncé 0.
Por qué George Clooney no quiere Twitter
George Clooney tuvo que justificar esta semana lo que hace años era normal: por qué no se ha abierto una cuenta en Twitter. “Si vas a pedirle a la gente que pague por verte en la pantalla, tienes que tener algún elemento de misterio. El público no tiene por qué saber todo lo que piensas o haces”, adujo. No es el único que tiene que justificarse. Catherine Deneuve o el cómico Louis C. K. han tenido que explicar recientemente su falta de indentidad digital como quien explica por qué no ha ido hoy a trabajar. Cuando parecía que inventar una nueva pregunta-tópico se había convertido demasiado difícil.
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