_
_
_
_
El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La culpa fue del muerto

Como no tuvo bastante el difunto Tito Vilanova con que Mourinho le metiera el dedo en el ojo, ahora viene Bartomeu a ofenderle con el fichaje de Neymar

MARCOS BALFAGÓN

Si las informaciones difundidas son ciertas, en el pasivo de Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça, figurará para siempre su mezquina declaración ante el juez Ruz sobre el fichaje de Neymar. Bartomeu desplegó (es un decir) una cadena irrisoria de argumentos para defenderse de la acusación de fraude fiscal y administración desleal, que puede resumirse en una frase: Tito Vilanova, enfermo del cáncer que después lo mataría, urgió la contratación de Neymar y la directiva, presidida por Sandro Rosell, accedió a su petición. En la jerga del castellano antiguo a esta suerte se le conoce como “echar la culpa al muerto”. El presidente actual del Barça —a quien es posible incluso que elijan los socios después de faenas tributarias y judiciales tan brillantes por mor de la conjura desde Madrid— tiene ilustres precedentes en esta abyecta estrategia de diversión; bastará con mencionar al dilecto Gerardo Díaz Ferrán, quien intentó culpar de la quiebra de Marsans al socio fallecido, Gonzalo Pascual. Hay que aprender de los mejores.

Habrá quien reduzca la vileza a una simple estrategia legal. Pero la ciudadanía y los socios suelen exigir más gallardía en las figuras públicas. Reducida al absurdo en el que se fundamenta, la lógica de Bartomeu viene a significar que como Vilanova reclamó un fichaje mediático (¿qué significará eso?), la estructura directiva y legal del club orquestó un pandemónium de siete contratos para ocultar el coste real de Neymar a los socios y, de paso, ahorrarse unos impuestos. ¿Podría explicar el señor Bartomeu cuál es la conexión causal eficiente entre la petición de Vilanova y el fraude (fiscal y social) cometido? Y si no existe, ¿a santo de qué recuerda a Tito?

La segunda derivada, después de la ofensa a un fallecido (no sufrió bastante con el dedo de Mourinho que ahora viene Bartomeu a inferir otro escarnio) es la invectiva implícita a un juez y a los socios. O el declarante considera que un juez y un fiscal pueden aceptar cualquier cosa, o se tomó la declaración como una rutina que cumplió engastando frases sin sentido. Si de las tropelías de un fichaje tienen la culpa un muerto o el equipo de asesores fiscales, ¿para qué necesita el club un presidente? Para quitarse de enmedio la responsabilidad vale cualquiera.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_