Kate Middleton intensifica su agenda en la recta final de su embarazo
La duquesa de Cambridge reafirma su papel como uno de los miembros más activos de la familia real británica
En la recta final de su embarazo, Kate Middleton no deja de encadenar actos oficiales en los que suele aparecer como única protagonista. El público británico nunca había visto a la duquesa de Cambridge tan pródiga desde su boda con Guillermo hace cuatro años, y eso a pesar de que faltan pocas semanas para el nacimiento de su segundo hijo. Kate está reafirmando su nuevo papel como uno de los miembros más activos de la casa real británica.
La duquesa reconocía días atrás que a veces incluso “se le olvida” que está esperando un nuevo retoño para el próximo mes de abril, en alusión a esa agenda más cargada que en una sola semana la ha trasladado desde la inauguración de una galería de arte en Kent, hasta los estudios londinenses donde se rueda la serie Downton Abbey –donde departió y se fotografió con el grueso del elenco- y al servicio religioso que la reina Isabel presidió el viernes en la catedral de San Pablo en honor de los soldados muertos en combate en Afganistán.
La fecha del nacimiento del nuevo nieto del heredero al trono británico ha sido establecida oficiosamente por los observadores reales para finales de abril, teniendo en cuenta que se anunció la buena nueva el 8 de septiembre, cuando se estimaba que Catalina de Inglaterra estaba en su quinta o sexta semana de embarazo. Pero algunos medios aventuran ahora que el parto en el hospital de St Mary's, donde nació su primer hijo, podría producirse antes, porque la mujer del príncipe Guillermo ya sufría las mismas náuseas matinales que con su primer embarazo a principios de agosto. Ello sugeriría un estado de gestación más avanzado de lo que se especula, aunque que la casa real no ha informado sobre esos detalles.
A la espera del natalicio, se extienden las especulaciones sobre el sexo del bebé: una princesita según las predicciones de las casas de apuestas y también de aquellos diarios que localizaron a Catalina en la sección para niñas de un comercio de ropa infantil. También vieron a su hermana pequeña Pippa Middleton comprando en otra tienda un conjunto para recién nacido de color rosa. De tener éstos razón, los gustos populares se decantarían por el nombre de Diana –como homenaje a la madre de Guillermo, fallecida prematuramente en un accidente de coche en París en 1997-, mientras que los sectores monárquicos preferirían el de Victoria o Isabel, este último el mismo de la actual monarca.
La duquesa, por su parte, siempre soslaya la cuestión cuando se le inquiere durante sus comparecencias públicas, estos días especialmente frecuentes en contraste con lo que había sido una relajada dinámica desde su ingreso en la familia Windsor. Si a lo largo del año pasado solo participó en 76 actos oficiales, la actividad de Kate viene siendo imparable en estas últimas semanas. Y precisamente cuando ha trascendido que su suegro, el príncipe Carlos, quiere que la monarquía británica presente un formato más reducido, en el que solo los principales miembros copen todo el protagonismo, no solo flanqueando a la reina y su consorte sino también incrementando sus deberes oficiales para ir descargando la agenda de la octogenaria Isabel II.
Kate Middleton forma parte de ese núcleo y por ende del proyecto del heredero de la corona, que deberá compaginar con el papel de madre. Cuando nazca el o la bebé, la duquesa tendrá dos hijos menores de dos años (Jorge vino al mundo el 22 de julio de 2013) y, según ha confesado a su círculo de amigos, le gustaría tener al menos un tercero. Las escapadas al Caribe que ha multiplicado en los últimos años quizá vayan a ser menos a partir de ahora, y no solo porque proyecte una familia numerosa. Por muy popular que aparezca en las encuestas, la casa real quiere apuntalar una imagen de royal trabajadora y reforzar su personalidad pública con esos actos en solitario a los que finalmente parece haberle cogido el gusto.
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