No tiene ninguna gracia, Mariló
Como es muy pizpireta, hacemos bromas en Twitter con sus meteduras de pata, pero nadie parece acordarse de los miles de espectadores que se creen esta clase de disparates
Diosito y los que leen esta columna saben que intento poner humor en lo que escribo. Que trato de encarar la realidad con distancia y moderación británicas, consciente de que en España nos salen por las orejas las opiniones enfurruñadas. Sin embargo, hay temas y personas con los que me cuesta ser chistosillo, como por ejemplo, Las mañanas de La 1. Más concretamente, con su sección Saber vivir.
Mira que ha habido motivos para la risa en dicho espacio. De primeras, por allí campan expertos con currículums de lo más pintoresco. Dos ejemplos: una asesora nutricional que vende zumoterapias, planes detox y otras paparruchas, y una asesora médica que es especialista en una dieta milagro llamada PronoKal y que hizo un posgrado en homeopatía, esa brujería contemporánea que vende agua con el mismo poder curativo que la de Lourdes pero a precio de oro.
Esta última estafa aparece con frecuencia en el programa, pero no para ser cuestionada, sino para presentarla como una alternativa a la medicina defendible con el ridículo argumento del “a mí me funciona”. Pero comparado con otras cosas que se han visto allí, el aguachirri homeopático casi parece ciencia: caldos de alcachofa que cambian el PH del organismo, cardos marianos que protegen el hígado y curan la resaca, dietas “integrativas y antiinflamatorias”, pinzas magnéticas para evitar ronquidos o, mi favorita, la dieta del genotipo, uno de los mayores timos que han parido los sacacuartos de las terapias “naturales”. Por si quieren saber más, todas estas joyas están recogidas en el blog ¿Qué Mal Puede Hacer?, dedicado a combatir la pseudociencia y promotor de una recogida de firmas para que la televisión pública deje de promocionarla.
Este mal no es exclusivo de La 1 —TV3 también da voz a estrambóticos “psiconeuroinmunólogos” como Xevi Verdaguer—, pero en ningún otro lugar es tan evidente como en Las mañanas. La guinda de este pastel ha sido la aparición de la conductora del programa, Mariló Montero, diciendo que el aroma de los limones puede prevenir el cáncer. Como Mariló es muy pizpireta, muy de decir lo que piensa Esperanza style, nos reímos y hacemos bromas en Twitter con sus meteduras de pata, pero nadie parece acordarse de los espectadores que por falta de información o cultura se creen esta clase de disparates, y del consiguiente peligro para su salud. Ojalá TVE apostara más por espacios como Órbita Laika, que van justo en la dirección contraria, y pusiera coto a la charlatanería. Porque lo de Mariló y su programa no tiene gracia. Ni puñetera gracia.
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