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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Toque de atención

El paro sube, pero la tendencia sigue siendo positiva: hay que reforzar las políticas activas

A primera vista, los datos de empleo y paro de enero no son buenos. Se han destruido casi 200.000 puestos de trabajo. Y en consecuencia el paro —tras descontar colocaciones y salidas de los registros o del país— ha subido en casi 78.000 personas. Son datos malos como suelen darse en un periodo adverso, el postnavideño, en la cuesta de enero, cuando el consumo se retrae. Peor: mes sobre mes, enero de 2015 ha sido peor que enero de 2014, lo que constituye un toque de atención dentro de una secuencia anual de mejora.

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Sin embargo, esta realidad esconde una tendencia menos negativa de lo que aparenta. Y es que en términos desestacionalizados —corregido el sesgo contractivo del período considerado— las proyecciones muestran otras cifras: aumentarían en 12.000 los nuevos inscritos en los registros públicos de empleo.

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¿Dónde está la verdad? ¿A qué atenerse? A ambas cuantificaciones. Los datos directos revelan una peor situación directa, sobre todo para los afectados. La tendencia subyacente —una proyección, un cálculo, una estimación— indica que el aparente revés transitorio lo es menos. Y no desmiente la secuencia de mejora.

De estos fenómenos parcialmente contradictorios cabe, sin embargo, extraer consecuencias complementarias. La primera, que el ritmo de crecimiento no es aún lo bastante intenso y sostenido como para evitar vaivenes excesivos. La segunda es la consiguiente demostración de que huelgan complacencias y exaltaciones propagandísticas, pues pueden inducir a la frustración y al enojo social.

La tercera es que si la salida de la recesión no alcanza aún a amplios sectores vulnerables es en parte por la propia tardanza lógica del contagio positivo de la mejor coyuntura a todos los rincones. Pero también a que el venteado afán reformista del Gobierno no es lo extenso, profundo y ambicioso que la gran depresión social española requiere. Por eso hay que imprimir más profundidad y celeridad a actuaciones como el programa de garantía joven para el primer empleo; o a las políticas activas de ocupación decididas el pasado septiembre.

La evolución del empleo en enero muestra otra derivada de interés: el sector que mejor se recupera es el industrial. Ojalá este dato se vaya repitiendo. Porque la industria es la base del empleo más sólido, estable e indefinido, como demuestran algunos países punteros.

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