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¿Jugamos a los médicos?

Desde pequeños actos de higiene a comprender una proteína. Con estos diez videojuegos no le tendrá que decir a su hijo aquello de "suelta la maquinita"

Atención padres: existen videojuegos que promueven hábitos de vida saludables. Por ejemplo, uno puede aprender a cepillarse bien los dientes, reproducir los cuidados de una clínica veterinaria o hacer una reanimación cardiopulmonar. “Que los videojuegos resulten beneficiosos o no, depende de la supervisión de los progenitores”, recuerda la psicóloga Beatriz Ballesteros Juarranz, de la clínica BJ Psicólogos. Esto incluye jugar con los niños, explicar la finalidad de la actividad, ayudarles en su proceso de pensamiento y limitar el tiempo de exposición al mismo.

Los juegos serios (del inglés, serious game) están diseñados con un propósito, en este caso, la medicina. A través de simuladores podemos aprender a tratar enfermedades, adiestrarnos en los quirófanos, investigar distintas patologías, hacer una RCP (reanimación cardiopulmonar) o salvar la vida a alguien en un caso de emergencia, como sucede con RCP Coach. “Estos simuladores permiten nuevas formas de aprendizaje, además de ser un buen entrenamiento a los estudiantes de medicina”, añade el doctor Jorge Calvo de Mora. Así las cosas, no estamos solo ante una diversión para los más pequeños, ya que los adultos también pueden sacar provecho de la partida. Es la versión moderna de Operation, el juego de Hasbro en el que padres e hijos intentábamos extraer órganos sin que al rechoncho señor se le encendiera la nariz.

Por si necesita más motivos para estrenarse con ellos, tiramos de investigación científica: en noviembre de 2012, expertos de la Universidad de Texas Medical Branch, en Galveston (Estados Unidos), pusieron de manifiesto que existía una mayor habilidad quirúrgica en los residentes médicos aficionados a los videojuegos que en aquellos que no jugaban. E incluso que los adolescentes aficionados resolvían mejor una cirugía virtual que los médicos residentes.

Diez videojuegos para jugar a los médicos

1. Talking Ginger. La protagonista es una gatita muy simpática que repite todo lo que escucha. En el juego, los niños la ayudan en su higiene diaria, desde la ducha al cepillado de cabello o lavado de dientes. "Videojuegos como este son una buena forma de enseñar hábitos saludables sin caer en la regañina", explica Verónica Carcach, pediatra de la Clínica Olivo. “A lo largo de nuestra vida, somos capaces de adquirir una serie de conocimientos, habilidades, destrezas, conductas, gracias al proceso de imitación, que no es más que la repetición de un proceso observado, que implica tiempo, espacio y otros recursos. De esta forma, los más pequeños aprenden las tareas básicas necesarias para subsistir y tener un buen desempeño dentro de la sociedad”.

2. Dr. Panda: Hospital Veterinario. En esta clínica veterinaria virtual, el objetivo es curar a cada uno de los animales enfermos que entran por la puerta. “Si lo que se pretende es que sea un juego infantil, resulta imprescindible adaptar su contenido al nivel de comprensión del mundo según la etapa de desarrollo”, argumenta la doctora Beatriz Ballesteros. Aplicar inyecciones, curar la varicela, ayudar a encontrar y a corregir los latidos del corazón o medir la presión arterial son algunas de las acciones adaptadas a niños de entre 2 y 6 años con curiosidad por los procedimientos veterinarios.

3. Anatomía de Grey. Los adultos también juegan. Basado en la serie de televisión homónima, en el videojuego interpretaremos el papel de los personajes, envolviéndonos en sus originales y peculiares historias. Hay mucho corazón (como en la trama), pero también bastantes decisiones médicas. Aquí no se trata de algo tan manual como operar, pero sí tendrá que tomar importantes decisiones médicas tras un brote de difteria en el hospital.

4. RCP Coach. Aplicación sobre la reanimación cardiopulmonar en tres niveles de profundidad. El primero es el aprendizaje: cómo reanimar el corazón y los pulmones (es clave el ritmo). El segundo es el entrenamiento, haciendo uso de un algoritmo desarrollado especialmente para la app, que mide y evalúa la técnica empleada a partir de datos que toman los sensores de la tableta o el smartphone. Por último, el tercer paso nos prepara para un caso real, con recomendaciones sobre cómo asegurar la zona y proteger al accidentado, avisar a los servicios de emergencia y socorrer con rapidez. Porque en accidentes como este, cada segundo cuenta. Un estudio realizado en el 2008 por el doctor David Matlock, de la Universidad de Illinois, confirma que los participantes que fueron instruidos en hacer compresiones torácicas mientras escuchaban la canción Stayin' alive, de Bee Gees, se mantenían cerca del ritmo ideal de 100 compresiones por minuto. Por supuesto, el tema suena en RCP Coach.

5. Surgeon Simulator. El jugador asume el papel de un médico torpe y hace todo tipo de cirugías locas en una mesa de operación con el paciente Bob, que ha llegado a urgencias. Los gráficos rezuman sangre. No es un juego serio con el que adquirir grandes destrezas, sino una aventura gore para fans del bisturí.

6. The Sims 4.  Normalice la visita al hospital con estos personajes ya legendarios, que pueden enfermar, dar a luz a bebés o estudiar la carrera y trabajar como médico. Este juego de simulación ayuda, además, a muchas personas a sobrellevar una situación de aislamiento social. Lo malo es que su sim se convierta en cirujano de éxito y le toque una guardia a las 3 de la mañana.

7. Play to Cure Genes in Space. Esta app gratuita es un juego solidario. Creado por la organización Cancer Research UK, permite que los usuarios ayuden a científicos reales en la lucha contra el cáncer. El videojuego parece una aventura espacial. Pero lo que en realidad hacemos es buscar el "elemento alfa", una sustancia ficticia que representa datos genéticos de pacientes afectados por cáncer. De manera que mientras estamos entretenidos tratando de mejorar nuestra puntuación, ayudamos a descubrir cuáles son los genomas defectuosos. “Cada segundo que alguien pasa jugando ayuda de manera directa a nuestro trabajo para acabar con el cáncer. La investigación de nuestros científicos produce cantidades colosales de datos, algunos de los cuales solo pueden ser analizados por el ojo humano, un proceso que lleva años”, explica Hannah Keartland, jefa del proyecto.

8. Foldit. Es un juego para mentes prodigiosas, fruto de la colaboración del departamento de Bioquímica y del de Informática e Ingeniería de la Universidad de Washington. Los jugadores ayudan a resolver uno de los problemas más complejos de la biología: el plegado de proteínas. A través de una sencilla interfaz, se manipulan las estructuras 3D de una proteína, intentando compactarla y organizarla lo mejor posible. Su propósito es encontrar, gracias a la intuición y suerte del participante, las formas naturales de las proteínas que forman parte de los seres vivos. Un buen plegamiento obtiene una buena puntuación, que se envía a un clasificación online. Como las proteínas están relacionadas con todo el funcionamiento de los organismos vivos, estudiarlas permite entender un poco más cómo funciona la vida y las enfermedades que provoca su malformación.

9. Pulse!! Es un juego de simulación profesional para civiles y militares con el que el personal médico entrena y se forma sin dañar a los pacientes. Los jugadores trabajan en un hospital virtual en el que responden a situaciones de emergencia, diagnostican y tratan a individuos como lo harían en el mundo real. La pieza, desarrollada en parte por la Universidad de Texas, está financiada por la Oficina de Investigación Naval de la Marina de Estados Unidos.

10. Immune Attack. Otro juego muy serio para aprender medicina. Se desarrolla en el futuro, donde un adolescente tiene el sistema inmunológico dañado por unas bacterias y hay que crear un nanorobot que entre en su interior y enseñe a su organismo a defenderse. En el proceso de cura, se realiza un viaje virtual por el interior del cuerpo, observando el comportamiento de las proteínas, las moléculas y las células. Ha sido desarrollado por la Federación de Científicos Americanos (FAS), junto con una gran grupo de profesores que han participado en estudios de evaluación. "Estos demuestran que participar en Immune Attack aumenta la confianza en la comprensión de asuntos médicos", asevera Melanie Ann Stegman, directora del programa.

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