Guillermo y Kate, una noche en la NBA
El príncipe se entrevistó con Obama en Washington mientras su esposa visitó un centro infantil en Harlem Por la noche, el matrimonio fue al baloncesto
Agendas divididas en el arranque de la visita oficial de los duques de Cambridge en Estados Unidos, que culminaron su primera jornada esta noche en Brooklyn cuando Kate Middleton y el príncipe Guillermo acudieron ante el espectáculo del único rey reconocido por los estadounidenses: LeBron James, la estrella de los Cavaliers de Cleveland y la figura más relevante en el mundo del deporte. Nueva York recibió a los duques en su primer viaje oficial a la Gran Manzana la tarde del domingo con el Empire State luciendo los colores de la bandera británica.
LeBron James aprovechó la presencia de los príncipes en el partido de hoy para protestar por la muerte de Eric Garner a manos de la policía
La jornada de hoy de la duquesa de Cambridge, con un embarazo a la vista más bien discreto pese a estar ya casi en el quinto mes de gestación, ha arrancado entrada la mañana en Harlem, con los termómetros a cinco grados bajo cero a la puerta de Northside Center for Child Development. Allí le esperaba la primera dama neoyorquina, Chirlane McCray, y más cercana asesora -y voz de la conciencia en cuestiones sociales- del alcalde Bill de Blasio. El centro que ha visitado la duquesa en el popular barrio neoyorquino presta servicios de educación y salud mental a niños y sus familias. La duquesa ha conversado durante el acto con algunos estudiantes que hacían labores de artesanía y ayudó a los voluntarios a envolver regalos para la Navidad.
Middleton lucía un abrigo negro de la firma británica Goat valorado en 850 euros; y McCray, la misma pieza de la diseñadora radicada en Nueva York Nanette Lepore que ya escogió para la toma de posesión de su marido como alcalde.
A centenares de kilómetros de distancia, a primera hora de la mañana, las personas que se encontraban en el aeropuerto de Reagan de Washington no salían de su asombro cuando vieron pasearse por sus pasillos al príncipe Guillermo, quien según fuentes de Buckingham Palace voló desde Nueva York en un avión comercial –eso sí, en primera clase-. El príncipe sonrió y saludó con la mano a los periodistas que le lanzaban preguntas en el aeródromo , pero siguió su camino concentrado en sus pasos hacia la salida.
Tres minutos estuvieron juntos en el Despacho Oval el presidente Barack Obama y el príncipe Guillermo. Ambos hombres entraron en la icónica sala a las 10.53 horas de la costa este y salieron a las 10.56. Los dos conversaban animadamente entre ellos, pero ninguno se dirigió a la prensa acreditada para la ocasión. Tan solo el presidente emitió un “me alegro de verles, gracias”. El duque de Cambridge permaneció callado.
Una vez en la Casa Blanca, el hijo mayor de Diana de Gales disfrutó de un recorrido por la residencia presidencial y conversó con el vicepresidente, Joe Biden, y su mujer, Jill. De nuevo, ninguno de los periodistas del pool logró escuchar sobre qué conversaban.
Sin embargo, la cadena británica ITV colgó posteriormente un vídeo en la web en el que se escuchaba el intercambio de palabras entre Obama y el príncipe. Según el audio que acompaña a las imágenes, el presidente de EE UU escuchaba divertido el relato del duque sobre el momento en el que nació su primer hijo y cómo se olvidó de preguntar si era un niño o una niña. “La excitación del momento y todo lo demás hizo que la ocasión fuera algo caótica…”, explicó Guillermo.
Tras su visita al número 1.600 de Pensilvania Avenue, el príncipe Guillermo se dirigió a dar un discurso al Banco Mundial dentro de una conferencia sobre el comercio ilegal de animales. Si la pasión filantrópica de su padre es la arquitectura y el medio ambiente, la del duque de Cambridge es la defensa de la fauna. “Comenzaré por resaltar la relación entre la corrupción, los crímenes contra los recursos naturales y la fauna y el tráfico ilegal de esta última”, dijo el príncipe. “La corrupción sigue siendo el más persistente y dañino de los impedimentos para disminuir la pobreza y creo que una de las formas de corrupción más insidiosa en el mundo de hoy es el tráfico ilegal de animales”.
El viaje de los duques a Nueva York está pensado para recaudar fondos para causas benéficas. Tras llegar al hotel Carlyle el domingo asistieron a una cena privada con donantes de la Royal Foundation, celebrada en la residencia de Sir Martin Sorrell, consejero delegado del grupo publicitario WPP. La tarde de hoy se dedicará a reconocer el trabajo de la Tusk and United for Wildlife para la protección de la vida salvaje, en una recepción que contará con la presencia de Hillary Clinton y su hija Chelsea como anfitrionas. Las labores de la fundación que lleva el apellido de los Clinton, entre otros proyectos, incluyen la de crear asociaciones entre distintas organizaciones para combatir el tráfico ilícito de animales, como la protección de los elefantes. La liga profesional de baloncesto de EE UU también tiene un acuerdo con la fundación real británica para apoyar las iniciativas de United for Wildlife.
Por ello la idea de la duquesa, aprovechando su estancia en Nueva York, era acudir a un partido de la NBA en el icónico Madison Square Garden, considerada unas de las catedrales en el mundo del deporte. Sin embargo, al final fue a ver a LeBron James, apodado The King (El rey), en el recién estrenado Barclay's Center. Aunque el de Cleveland no necesita más reconocimientos, tener al príncipe y a la duquesa literalmente a sus pies servirá para confirmar aún más su estatus. El jugador considera "un gran honor" tenerles a ambos en el partido, "viéndome hacer lo que hago mejor". "Es gente sobre la que lees en los libros cuando creces", comentó durante la sesión previa de entrenamiento. LeBron aprovechó la atención mediática de hoy en Brooklyn para protestar por la muerte del joven negro neoyorquino Eric Garner a manos de la policía, llevando una camiseta en el calentamiento con el "no puedo respirar" que se ha convertido en el grito de las movilizaciones que se viven por todo el país. Los duques coincidieron en la cancha con Beyoncé y Jay-Z, la primera pareja del entretenimiento, habituales en la arena junto a otras celebridades. Después del partido LeBron James regaló a Guillermo y Kate dos camisetas: una grabada con el nombre de Cambridge y otra muchos más pequeña con el de James, el hijo de la pareja.
Causas benéficas aparte, la gira de los duques también está diseñada para realzar aún más la imagen de Reino Unido y estrechar lazos comerciales. La duquesa de Cambrigde almuerza con miembros destacados de la comunidad británica en la cultura, las artes y el ámbito de los negocios.
Este martes, en la cima del Empire State, el matrimonio real asistirá a una recepción dedicada a la innovación. Su último día en tierras estadounidenses estará repleto de actos, que comenzará con una visita de los duques al Museo en Memoria de las víctimas del 11S. De ahí visitarán The Door, dedicada al desarrollo de los jóvenes en el mundo de la educación artística e intelectual, y cerrarán la gira neoyorquina con una cena de gala de recaudación de fondos en el Metropolitan Museum of Art para celebrar el 600º aniversario de St. Andrews, la universidad escocesa donde ambos se conocieron.
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