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Medio ambiente

Histórica prohibición de los venenosos perdigones de plomo

Una resolución internacional obliga a los países firmantes a deshacerse de esta munición Millones de aves mueren envenenadas cada año por los restos del metal pesado

Javier Salas
Perdigones de plomo recogidos en el Parque Nacional de Doñana.
Perdigones de plomo recogidos en el Parque Nacional de Doñana.SEO/Birdlife

Los especialistas y las organizaciones conservacionistas lo califican de "histórico", tras un largo camino de lucha contra uno de los agentes más venenosos con que contaminamos la naturaleza: el plomo de los perdigones que numerosos cazadores continúan usando en sus batidas. Cada año, este metal pesado que queda abandonado provoca la muerte por envenenamiento de millones de aves que lo ingieren. Una cifra que se irá reduciendo con el tiempo gracias a la prohibición aprobada por más de cien países en la cumbre de vida salvaje de la ONU.

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Documento (PDF): Review and guidelines to prevent the risk of poisoning of migratory birds

Esta decisión, que implica la sustitución de la munición de plomo por alternativas no tóxicas en los próximos tres años, contó con el rechazo inicial de la Unión Europea durante las negociaciones de la cumbre. "Pretendían proteger los intereses de las empresas que fabrican munición en Reino Unido, Francia, Italia y España. Pero la presión del resto de países ha logrado convencerles", explica el director de Conservación de SEO/Birdlife, Juan Carlos Atienza, de regreso de la cumbre que se ha celebrado en Quito. "El plomo se había prohibido ya en carburantes, pinturas... solo faltaba la munición", zanja.

Arias Cañete aseguró a los cazadores que no prohibiría estos perdigones, venenosos para animales y personas

La intención de prohibir esta munición venenosa también solía contar con el rechazo de los cazadores porque en algunos casos les obligaba a renovar sus armas. De hecho, el exministro Miguel Arias Cañete les aseguró hace dos años que no vetaría estos perdigones a pesar de los informes oficiales que alertaban de la toxicidad que provocan, tanto para los humanos que consumen la caza como para los animales salvajes. El Ejecutivo prohibió en 2001 su uso en humedales protegidos, pero la resolución aprobada en la cumbre obliga a sustituir la munición de plomo en todos los entornos.

Precisamente, a principios de año se conocía el resultado de un estudio en humedales que concluía que esta prohibición había reducido un 50% las aves contaminadas por plomo. Su autor, Rafael Mateo, explica que el plomo es un metal pesado que afecta a muchos órganos, provocando disfunciones neurológicas, anemia y alterando el funcionamiento del riñón. "Las aves que han ingerido munición de plomo sufren parálisis, dejan de alimentarse y mueren en unos cuantos días", resume. Las aves silvestres se intoxican al ingerir la munición de plomo al confundirlos con alimento o gastrolitos, las piedras que tragan para procesar alimentos. Las densidades superan los 100 perdigones por metro cuadrado en muchos humedales españoles.

Las aves que han ingerido munición de plomo sufren parálisis, dejan de alimentarse y mueren en unos cuantos días", explica Mateo

Las aves que han ingerido munición de plomo sufren parálisis, dejan de alimentarse y mueren en unos cuantos días", explica Mateo

Esta prohibición perseguida por científicos y ecologistas desde hace décadas no ha sido el único éxito de la conferencia. Se ha logrado incluir en la resolución la prohibición del diclofenaco, un medicamento veterinario que es puro veneno para las aves carroñeras y que extinguió casi por completo los buitres de India. Además, se exigirán estudios para comprobar que otros medicamentos de este tipo no son letales para estas aves, como acaba de descubrirse tras la muerte de un buitre envenenado en Córdoba. "Confiamos en que la UE prohibirá el uso del diclofenaco en pocas semanas", asegura Atienza. A finales de este mes, la Agencia Europea del Medicamento dará su dictamen para que la Comisión prohíba o no este fármaco, aprobado recientemente en España a pesar de los millones de aves que ha matado.

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Sobre la firma

Javier Salas
Jefe de sección de Ciencia, Tecnología y Salud y Bienestar. Cofundador de MATERIA, sección de ciencia de EL PAÍS, ejerce como periodista desde 2006. Antes, trabajó en Informativos Telecinco y el diario Público. En 2021 recibió el Premio Ortega y Gasset.

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