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España no implantará un plan de la OMS para prevenir el suicidio

La OMS lanza una campaña para reducir los más de 800.000 suicidios anuales en el mundo

Muchos de los suicidios se podrían prevenir a través del diálogo.
Muchos de los suicidios se podrían prevenir a través del diálogo.

“…el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida”.

Gabriel García Márquez contaba así la tragedia de un suicida que se arrepentía cuando ya era demasiado tarde. Los motivos que el escritor colombiano colocaba en la cabeza de su protagonista pueden parecer demasiado líricos y racionales, pero otras historias reales muestran que al menos acierta al retratar como poco firme la decisión de quitarse la vida. Varios de los escasos supervivientes del salto desde el Golden Gate de San Francisco han narrado los cuatro segundos de arrepentimiento que vivieron durante el tiempo que dura la caída hasta el mar, y en las cataratas del Niágara, donde los suicidas permanecen unos instantes flotando en el agua antes de que la corriente los lleve al precipicio, no es extraño que los mismos que se habían arrojado al río por voluntad propia pidan ayuda cuando el rescate ya es imposible. 

Mapa del número de suicidios por 100.000 habitantes por países.
Mapa del número de suicidios por 100.000 habitantes por países.OMS

El suicidio, como cualquier otra causa de muerte prematura, se puede combatir. Sin embargo, pese a que, por ejemplo en España, mata a casi tres veces más personas que los accidentes de tráfico, el Gobierno afirma que no tiene ningún plan para combatirlo ni planea tener uno en el futuro. Ese fatalismo de las administraciones puede empezar a cambiar gracias a iniciativas como la que ha lanzado esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha elaborado un amplio informe sobre el suicidio en el mundo y ha llamado a un esfuerzo internacional coordinado para combatirlo y reducir en un 10% el número de muertes por esta causa. “Una estrategia nacional enuncia el compromiso claro de un gobierno con relación al problema del suicidio”, afirma la organización para la salud de Naciones Unidas en su informe.

Según los datos de la OMS, más de 800.000 personas se quitan la vida al año en el mundo, una cifra que, probablemente, es superior, dado el estigma social que conlleva y que en algunos países es incluso ilegal. Aunque el impacto del suicidio varía mucho entre países, a nivel mundial, los suicidios representan un 50% de todas las muertes violentas registradas entre hombres y un 71% entre mujeres. Pese a lo abultado de estas cifras, solo 28 países cuentan con estrategias nacionales de prevención del suicidio.

Solo 28 países cuentan con estrategias nacionales de prevención del suicidio

Además de promover una implicación activa contra el problema, la OMS ha elaborado un informe para conocer mejor el problema. Por un lado, han observado que existen diferencias notables entre países y entre las poblaciones de esos países. Desde los 24,9 suicidios por 100.000 habitantes registrados en Nepal o los 28,9 de Corea del Sur, se pasa a los 5,4 de Senegal o los 5,1 de España. Por sexos, también existen grandes diferencias. En los países con mayor renta per cápita, como España, la tasa masculina de suicidios triplica a la femenina, aunque esa brecha se reduce en los países con menos ingresos. Por edades también existen diferencias, con las tasas más elevadas a partir de los 70 años y un mayor porcentaje de suicidios entre jóvenes en los países más pobres. Además de esos factores generales, otros más concretos como el abuso de alcohol o drogas, el aislamiento o la discriminación suponen un incremento del estrés psicológico que puede incrementar el riesgo de suicidio de una persona.

Dificultar el acceso a armas o pesticidas

Entre las propuestas que se avanzan para comenzar a reducir el número de personas que se quitan la vida, la OMS plantea restringir el acceso a los medios para hacerlo. En EEUU, por ejemplo, la mitad de los suicidios se consuman con las omnipresentes armas de fuego y modelos informáticos indican que restringir su acceso reduciría las muertes por esta causa hasta en un 10%. En los países menos desarrollados y con más población rural, una clave para dificultar los suicidios consistiría en gestionar mejor el acceso a pesticidas, su toxicidad y el tratamiento en caso de intoxicación. Este método está detrás de uno de cada tres suicidios en el mundo. Algunas tecnologías simples, también ayudarían a prevenir muchas muertes. Un informe del ejército de EEUU estimó que de las 735 personas que se suicidaron asfixiándose con monóxido de carbono en el interior de sus vehículos, 600 podrían haber sobrevivido si los fabricantes instalasen un sensor en el interior de los coches que apagase el motor a partir de cierta acumulación de gases tóxicos.

El diálogo y la comunicación es una de las herramientas que recomienda el informe de la OMS

Además de la restricción de medios utilizables para matarse, el informe de la OMS plantea la inclusión en las estrategias nacionales de prevención de consejos para la forma de informar sobre los suicidios en los medios de comunicación, campañas para reducir el estigma de este tipo de impulsos y de la enfermedad mental en general y formación para personas en posiciones especialmente sensibles para la detección y la prevención de conductas suicidas, como educadores, personal sanitario o policías.

El diálogo y la comunicación es una de las herramientas que recomienda el informe de la OMS para prevenir el suicidio. Frente a algunos mitos, que sugieren que hablar del tema puede ser una forma de dar ideas a alguien en una situación vulnerable, o al propio estigma que convierte este problema en tabú, el documento sugiere que quitarse la vida es un acto impulsivo y que si se logra que quien lo va a hacer piense sobre ello, es más probable que no llegue a intentarlo.

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