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Cooperación desde la escuela

La Aecid premia a los diez mejores proyectos educativos para formar a los alumnos en cuestiones relacionadas con el desarrollo humano sostenible en el Día del Cooperante

Llevar a un estudiante de primaria a un país en vías de desarrollo para que conozca la pobreza de primera mano parece una idea, cuanto menos, atrevida. Pero eso no impide que los niños puedan viajar hasta ellos con su potente imaginación. Es lo que han hecho, a través del teatro, la magia, la música o la literatura, en el Colegio Santo Domingo Savio de Petrer (Comunidad Valenciana). En este centro han creado el aula del mundo, donde los pequeños han estado en este curso 2013-2014 en África, India y América. Zonas de las que han hecho distintos trabajos que se exponen en la escuela durante todo el año.

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En el IES Barrio de Bilbao de Madrid, los estudiantes de formación profesional también han viajado. Lo han hecho con el proyecto “El péndulo de Ifoulou”. A través de sus investigaciones sobre esta rara palabra, descubren que se trata de una aldea lejana del Atlas central habitada por la población Amasightz. Sus indagaciones durante todo el curso, les han llevado a conocer, en definitiva, otra cultura. Abordando, además, cuestiones de género, pobreza o participación. “El objetivo del programa es la formación del alumnado (futuros agentes educativos) en ciudadanos comprometidos y transformadores”, explica la Agencia Española de Cooperación en el fallo del Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer, con el que han sido galardonadas las dos experiencias educativas descritas.

Además de estos, otros ocho proyectos han sido premiados entre las tres categorías —infantil, secundaria y formación profesional—. El Ceip de Sant Jordi, en Palma de Malloca, es uno de ellos por su programa Un día sin carne para concienciar sobre aspectos relacionados con la producción sostenible de alimentos y la soberanía alimentaria. Y no todo ha sido teoría. Una de las actividades que más ha involucrado a los alumnos en el marco de esta propuesta formativa ha sido el huerto escolar, señala la AECID.

En el IES Arcipreste de Hita, de Azuqueca de Henares (Castilla-La Mancha), crearon el Día Escolar de la No violencia, como homenaje a la figura ed Nelson Mandela. La idea surgió tras la muerte del líder sudafricano. A través del estudio de su vida, los alumnos aprendían sus valores. Lo que les ha valido ser merecedores del galardón.

Para Jordi Folgado, director de la Fundación Vicente Ferrer, premiar pone de relieve la importancia de la educación en valores y de cómo el futuro no depende estrictamente de la formación académica, sino también de la transmisión de esos valores de solidaridad, tolerancia o justicia social. "Creemos que son una herramienta fundamental para las siguientes generaciones y la clave del desarrollo", asegura.

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