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Tribuna
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¿Es prioritaria la elección directa de alcaldes?

La regeneración debería pasar por la reforma del sistema electoral

El PP ha planteado la elección directa de alcaldes como una medida importante de regeneración democrática. No ha dicho en qué consiste la elección directa, sólo se ha limitado a dar algunos argumentos a su favor. Por ejemplo, dice que debiera ser alcalde la persona más votada, o que no es razonable que un partido quede cercano a la mayoría absoluta y se unan todos los partidos minoritarios y nombren alcalde al cabeza de uno de esos partidos minoritarios.

Ambos argumentos quedan muy bien, pero hay más de 8.000 municipios en España y en cada uno se dará una distribución de votos diferente con lo cual la situación es mucho más compleja y, seguramente, encontremos casos en los cuales no se sostenga ninguno de esos argumentos. El PP no ha concretado nada acerca de esa elección. Lo máximo que podemos intuir es que se trata de elegir por un lado al alcalde y por otro a los concejales.

No sabemos con qué método se elegirían los alcaldes y eso es algo muy importante. Una opción es que se usase la mayoría simple, pero entonces puede resultar alcalde el candidato menos preferido, el denominado perdedor de Condorcet. Otra opción sería la doble vuelta asumiendo que el coste de la elección aumenta sensiblemente y tampoco tenemos garantía de que resultara vencedor el candidato más preferido. Creo que el método más adecuado para una elección unipersonal sería el MJ (Majority Judgment, de M. Balinski), pero tal vez ningún partido proponga ese método.

Otra cuestión es la gobernabilidad del municipio. Una vez elegido el alcalde si no se le dota de una mayoría absoluta en el Ayuntamiento no tiene garantizado gobernar; por tanto, posiblemente estará en la mente del PP, y en la de algunos otros partidos por su reacción ante la propuesta, que la mitad de los concejales serían de la lista del partido al que pertenezca el alcalde elegido. De ser así, lo que se estaría proponiendo es el cambio de un sistema de representación proporcional para elegir los concejales a un sistema electoral con menor representatividad que el actual, al menos en la elección de los concejales.

Un inconveniente de la propuesta del PP es que el cambio de sistema electoral para las elecciones municipales no es el más aclamado por los ciudadanos. La representatividad del Congreso de los Diputados y las competencias y composición del Senado están muy por delante.

Creo que lo más grave que ocurre en las diferentes elecciones en España es el déficit de representatividad que se produce en el Congreso de los Diputados debido a los desequilibrios que origina el sistema electoral en la asignación de escaños a partidos medianos y pequeños. Así, en las últimas elecciones generales UPyD superó en más de cien mil votos a CiU y, sin embargo, CiU recibió 16 escaños frente a los cinco de UPyD, incluso Amaiur, con la cuarta parte de votos que UPyD, recibió varios escaños más. Izquierda Unida, que ha sido muy perjudicada en todas las elecciones, superó en 600.000 votos a CiU y recibió cinco escaños menos. Sorprende bastante que IU no haya aprovechado su papel de árbitro en Andalucía para comprometer al PSOE para cambiarlo por otro más justo.

Grandes discordancias entre votos y escaños, como las que acabamos de mencionar, se han producido en todas las elecciones generales desde el inicio de la democracia y en todos los casos el partido beneficiado ha sido un nacionalista y el perjudicado ha sido un partido de ámbito estatal. Un trato desigual que no se justifica en absoluto.

En Alemania, así como en los países nórdicos y en muchos otros países con representación proporcional, jamás se produce una discordancia entre votos y escaños en la representación de los partidos.

Al hablar de regeneración democrática lo más prioritario y urgente sería cambiar el sistema electoral del Congreso de los Diputados por uno más ecuánime y representativo.

Por otra parte, tanto en las elecciones municipales como en las elecciones al Congreso de los Diputados, las listas electorales están bloqueadas. Al elaborarlas se sabe, casi siempre, qué candidatos van a resultar elegidos dado que los escaños corresponden a los primeros candidatos de la lista. Así pues, la segunda prioridad para la regeneración democrática es desbloquear las listas electorales, tanto las municipales como las del Congreso.

Debiera aprovecharse la iniciativa del PP de regenerar la democracia, pero debiera hacerse sin favorecer a ningún partido, sino mejorando la equidad y el equilibrio en la representación proporcional de los partidos y la igualdad de oportunidades entre candidatos de una misma lista electoral.

Las reglas de un juego no se pueden cambiar cuando se ha iniciado el juego, pero en el caso de las elecciones, el juego comienza cuando se convocan, por tanto, como falta más de medio año para que se convoquen las municipales y más de un año para las generales, hay tiempo más que suficiente para modificar ambos sistemas electorales y regenerar la democracia, que tanto se necesita.

Victoriano Ramírez González es director del Grupo de Investigación en Métodos Electorales (GIME) de la Universidad de Granada.

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