_
_
_
_
EL COMIDISTA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Por favor, disparen al pianista

El mismo vicio se repite en miles de restaurantes: pensar que para “animar” el ambiente hay que vapulear los oídos de la clientela con el 'chunta-chunta'

Mikel López Iturriaga

Existen dudas razonables de que mis artículos les valgan a ustedes de algo, pero de lo que estoy seguro es que a mí me sirven como terapia. De hecho, hoy voy a usar este espacio como confesionario, que como ya no frecuento el de la iglesia, necesito desahogarme dando la chapa a alguien con mis pecados.

En los últimos días he tenido abundantes pensamientos impuros suscitados por la actualidad. Y no, no estoy hablando de las fotos de los jugadores de Croacia desnudos. Es más profundo: me he sentido incorrectísimamente cercano al dirigente local de Nuevas Generaciones que tiró unos vasos y una botella a una orquesta de verbena que tocaba en Carreira (A Coruña). Un comportamiento violento e inaceptable, pero que me ha recordado cuántas veces mi cabeza ha rumiado acciones similares —o peores— en restaurantes y otros espacios públicos cuando me han dado la tabarra con la música.

Sé que los pobres miembros de la París de Noia —gran nombre— no hacían más que ganarse la vida tratando de alegrar el festejo. Lo comprendo, como comprendo que la exasperante presencia del ruido en todos los ámbitos de la vida despierte en algunos de nosotros instintos criminales que, como buenas personas civilizadas, reprimimos. El otro día fui a comer a un lugar idílico en pleno campo gerundense. Todo era perfecto: la terraza, el jardín, las vistas, la temperatura... hasta que uno de los camareros decidió amenizarnos la comida poniendo a buen volumen el clásico recopilatorio Lo peor del chill-out, que tanto éxito ha cosechado en los establecimientos fashionetis. ¿Se lo había pedido alguien? No. ¿Suponían esas interminables canciones una mejora respecto al silencio o a los trinos de los pajarillos? De ninguna manera. Pero aún así, cayó en el mismo vicio que se repite en miles de restaurantes españoles: el de pensar que para “animar” el ambiente hay que vapulear los oídos de la clientela con el chunta-chunta.

No voy a rememorar la cantidad de suplicios para el responsable del local que pasaron por mi imaginación, que tampoco quiero que me vean como a una especie de Dexter de la restauración. Incluso reconoceré que, a veces, la música tiene sentido: hace un mes aterricé en la Casa de Córdoba en Madrid, y en ese ambiente entre kitsch y surreal sí encajaban las sevillanas a todo trapo, que los más viejos del lugar se arrancaban a bailar en cuanto podían. Lo único que quiero decir a los hosteleros es que hay un público ahí afuera que, cuando come, prefiere el sosiego al jaleo. Es más digestivo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Mikel López Iturriaga
Director de El Comidista, web gastronómica en la que publica artículos, recetas y vídeos desde 2010. Ha trabajado como periodista en EL PAÍS, Ya.com o ADN y colaborado en programas de radio como 'Hoy por hoy' (Cadena Ser), 'Las tardes de RNE' y 'Gente despierta'. En televisión presentó programas como El Comidista TV (laSexta) o Banana split (La 2).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_