Atari echa otra partida

No ha habido compañía tan hip y que mayores adhesiones en el mundo geek haya provocado como Atari. Cuando en 1972 Nolan Bushnell fundó junto a Ted Dabney la pionera empresa de juegos de arcade no imaginaron las mil y una vicisitudes por las que pasarían, como tampoco las mil y una resurrecciones que viviría la firma desde su primera crisis en 1984. Pero marcas como Atari no son fáciles de hacer desaparecer y el último regreso de la compañía incluye una excavación en Alamogordo (Nuevo México), acontecida hace apenas un par de meses, y una reestructuración total con la que dejar atrás el espantoso cuadro de negocio que provocó su última bancarrota en 2013.

A pocos se les escapa que la extracción de los videojuegos de E.T. El extraterreste podría responder a una campaña de marketing de la empresa, decidida a ponerse de nuevo en primera línea de mercado, pese a que toda la operación fue patrocinada por uno de sus némesis, Microsoft. Con todo, esta “campaña” además permite una lectura simbólica sobre las intenciones de la nueva empresa clara y meridiana: la exhumación del pasado como paso inevitable hacia el futuro. ¿Qué mejor maniobra publicitaria, así pues, para regresar del ultramundo que dar crédito a una leyenda urbana en torno a uno de sus proyectos malditos y a un enterramiento masivo de cartuchos consecuencia de un supuesto fracaso comercial? Como muchos de los seguidores de Atari argumentan, no es que el videojuego de E.T. El extraterreste fuera un desastre, más bien era común deshacerse del stock tarado mediante este curiosos modus operandi. Pero sea como fuere, Atari está (otra vez) de vuelta (¿de todo?), eso sí, con un plan de negocio que poco, o nada, tiene que ver con la filosofía con la que nació.

Del futuro de Atari ha dado cuenta Fred Chesnais, su actual consejero delegado, en varias entrevistas durante el pasado mes de mayo al site Games Beat o The New York Times, entre otros, y en donde aclara qué va a ser Atari en 2014. Para empezar y quizá para agradar a los acólitos de la compañía, Chesnais es completamente consciente de las simpatías que todavía hoy produce Atari: “Es una marca positiva. Lo sabemos porque a todo el mundo que se la hemos enseñado le recuerda a algo positivo, y le atrae el logotipo…, así que para mi es sinónimo de algo positivo. De diversión. De entretenimiento. Y eso es algo que nos gusta”, asegura al portal de videojuegos.

Pero aparte del rédito que en Atari pueden sacar del factor nostalgia, lo cierto es que la nueva política de la empresa va por otro lado, tal y como ha dejado claro Chesnais. La resurrección pasa por una remodelación que se aleja completamente del espíritu de la marca en sus orígenes, y que se asemeja a esas reformas de edificios que destrozan casi toda la estructura y los cimientos para mantener sólo la fachada porque es bonita.

Hora de llevarse las manos a la cabeza: Atari se ha aliado con la compañía FlowPlay para poner en marcha Atari Casino, serie sobre juegos de casino como el póker o el blackjack con los clásicos de la empresa como fondo (de armario), que se podrán adquirir online o a través de dispositivos móviles (incluso a través Facebook) a partir del próximo otoño. “Entrar en el sector de los juegos de azar es el paso lógico para nosotros, dado su atractivo para distintos targets generacionales y dado que encaja de manera natural con el público estándar”, afirmó Chesnais a USA Today.

Otra de las nuevas líneas es Atari TV, un plan para producir contenido audiovisual exclusivo y que ya se ha estrenado con el videoblog The Real Pelé, en el que la leyenda del balón carioca da cuenta de cómo se han vivido los días previos a la Copa del Mundo en su país. Chesnais defiende este proyecto asegurando que introducirse en la televisión es clave para la compañía: “Lo que Hasbro ha hecho con juguetes como G.I. Joe y Transformers es muy relevante para nosotros”, arguye.

¿Comprarías una chaqueta Atari a la que pudieras enchufar tu dispositivo para recargarlo? A mí me parece que sí Fred Chesnais, consejero delegado de Atari

Pero Chesnais no quiere que Atari abandone del todo el sector de los videojuegos y ya ha anunciado que su objetivo también incluye avanzar en materia de hardware. Ello no significa, sin embargo, que planeen hacer renacer la mítica Atari 2600, por ejemplo, sino, en palabras de Chesnais, “algo como un reloj, un reloj 'gamificado' (o de juego)” Para todos aquellos que os hayáis quedado ojipláticos, Chesnais señala que no se trata de un reloj per se, sino un producto más en relación con la moda de los wearables que se está imponiendo: “Tienes una cazadora. Tenemos un plug-in para que puedas recargar tu iPhone o Android. Tienes una placa solar en el hombro para que nunca te quedes sin batería. Cosas así. ¿Comprarías un reloj Atari? ¿Comprarías una chaqueta Atari a la que pudieras enchufar tu dispositivo para recargarlo? Yo creo que sí”.

Una nueva política que guarda poca relación, como se ve, con la época dorada de la compañía y con emblemas de la casa como Pac-Man o Breakout (el precursor del Arkanoid de Taito). Una nueva política que ha hecho que los fans, como era de esperar, pongan el grito en el cielo: “Parece que Fred [Chesnais] ve Atari como una marca de estilo de vida. Pegando el logo en relojes y en otros ítems, la marca de Atari no es mucho más que una vaca de licencias que poder ordeñar” se quejaba Marty Goldberg, desarrollador de videojuegos, autor del libro Atari Inc.: Business Is Fun (2012) y moderador del site en Facebook del Atari Museum.

Del Atari tal y como lo conoció la primera generación de gamers no queda más que la fachada de lo que fue en su día, ese logo retro-futurista que hace añorar a muchos el espíritu naif de los 8-bits. Si todavía no sabes cómo es esa experiencia, en Archive.org mantienen el archivo de los más míticos juegos de la Atari 2600: Commando, Double Dragon, Kung Fu Master, California Games… Eso sí, del joystick ya nos podemos olvidar porque hace ya tiempo que pasó a mejor vida.