Violencia de género

Cada año, los contadores se ponen a cero y los publicistas se estrujan los sesos para hacer anuncios contra la violencia de género. Inexplicablemente, el número de víctimas aumenta y, además, la sociedad se vuelve cada vez más machista: adolescentes que se creen dueños de sus parejas, hombres que se deprimen porque es la mujer la que trae el dinero a casa… Antes teníamos la excusa de la España antigua, pero ahora eso ya no nos vale. Sigue habiendo gente que se empeña en matar, que insiste en ir por ese camino.

Miles de personas viven aterrorizadas en sus casas porque alguien impone la violencia como único medio de obediencia. Esto no es un problema que surja en la madurez del hombre o de la mujer, son personas que simplemente nunca consiguieron madurar. Se quedaron en la edad en la que los gritos bastaban para hacerse valer.

Este tipo de violencia existirá mientras sigamos poniendo barreras que nos impidan ver que todos somos personas, con cualidades diferentes, valiosas e importantes. Aprender a tolerar y a aceptar a nuestros semejantes sería un buen comienzo para acabar con esta lacra del machismo. ¿Será esto la dichosa igualdad? Seguramente lo sea, desde luego no lo es lo que creemos tener hoy día. Vivimos en una sociedad donde la mujer sigue siendo inferior al hombre. Promulgan unas leyes que nos “favorecen”, pero lo único que consiguen con ellas es recalcar esa inferioridad. Si somos iguales, ¿por qué tenemos leyes diferentes?— Elisabeth Moreno Prieto.