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Los más listos del mundo 2.0

One Direction salió de un concurso de TV y hace historia como la 'boy band' británica más rica La clave de su éxito está en las redes sociales, donde interactúan con sus fans

One Direction. De izquierda a derecha: Louis Tomlinson, Niall Horan, Liam Payne, Zayn Malik y Harry Styles.
One Direction. De izquierda a derecha: Louis Tomlinson, Niall Horan, Liam Payne, Zayn Malik y Harry Styles. Kurt Krieger

Los tiempos cambian y los concursos musicales, también. Pero las consecuencias siguen siendo similares, aunque en este siglo todo se acelera debido a Internet. Julio Iglesias dio el salto al estrellato a través de los festivales de Benidorm, Viña del Mar y Eurovisión hace más de 40 años y el grupo de adolescentes One Direction lo dio a través del concurso de televisión británico X Factor en 2010. Pero mientras el primero, que superaba de largo la veintena cuando se hizo famoso, tardó algunos años en ganar sus primeros millones, estos adolescentes comenzaron a hacer caja prácticamente desde que aparecieron en el concurso con 16 años. Y en menos de cuatro han acumulado una fortuna conjunta de 85 millones de euros. Cada uno de sus cinco miembros posee unos 17 millones de euros. Son mucho más ricos que los Beatles a su edad, cuando el grupo británico por antonomasia aún andaba firmando su primer contrato discográfico. Lennon tenía 21 años. Pero entonces no existía Internet.

Simon Cowell, artífice de One Direction.
Simon Cowell, artífice de One Direction.Cordon press

One Direction cobró por el primero de sus tres discos 2,2 millones de euros en 2011 y hoy son la boy band británica más rica de la historia. El fenómeno no es nuevo. Antes estuvieron los Backstreet Boys, ‘NSync o los Jonas Brothers, grupos de chicos célebres y millonarios para públicos adolescentes. Sin embargo, ninguno de ellos fue un producto salido de un concurso musical de televisión, esa cantera inacabable que en esta década nos ha regalado o torturado con estrellas tan dispares como Susan Boyle, Leona Lewis o Rebecca Ferguson. Y lo que es realmente nuevo: ninguno de aquellos grupos utilizó las redes sociales cómo lo ha hecho One Direction, contribuyendo así a que la banda despegara a una velocidad inusitada en décadas pasadas. Bien lo sabe Simon Cowell, uno de los personajes más astutos que ha salido de la caja catódica.

Productor y juez de X Factor y otros concursos similares, fue él quien decidió fichar a Harry Styles, Zayn Malik, Niall Horan, Liam Payne y Louis Tomlinson, que entraron a concursar como solistas y salieron de X Factor convertidos One Direction por sugerencia del propio Cowell. Aunque no ganaron el concurso, este mago del negocio musical les fichó para su discográfica, Syco Records, que se alimenta de estrellas salidas de los diversos concursos en los que él participa como juez. Y no le va mal. En su cuenta bancaria hay más de 367 millones de euros que le convierten en el octavo hombre más rico de la industria musical del Reino Unido.

Los fans de One Direction son legión y abarcan todo el planeta. Cuando la industria discográfica atraviesa por sus horas más bajas, ellos han sido capaces de provocar un deja vu comercial al vender 30 millones de discos en todo el mundo en menos de cuatro años (The Beatles, el superventas histórico, ha vendido 600 millones de álbumes y singles a lo largo de 50 años). Pero su éxito vertiginoso probablemente no se deba a su música, fruto de fórmulas pop utilizadas una y otra vez en el mundo de las boy bands, ni a su estudiada imagen de chicos buenos, blancos, guapos, inofensivos y de clase media de los que la historia de la música está llena.

Lo realmente innovador en One Direction es el uso que han sabido darle a las redes sociales, el lugar donde residen tanto los miembros del grupo como sus fans. Internet es su cuarto de estar, donde todos ellos interactúan al modo en que hoy lo hacen las nuevas generaciones: a golpe de tuits, de Tumblr, de Youtube, de webchats, de Instagram. Todos los miembros del grupo tuitean personalmente pero, además, hay todo un equipo dedicado a alimentar las redes sociales. “Puedes pensar que la estrella es la canción pero no. La estrella es el acto, el momento real. Las redes son el momento presente, la nueva radio. Nunca un grupo había tenido un éxito tan inmediato a escala global”, afirmaba en una entrevista el director ejecutivo de Syco Records. El pasado noviembre, por ejemplo, organizaron el 1D day, siete horas de actuaciones e interactividad dedicadas a sus fans vía Google Hangout y Youtube, un evento sin precedentes en la promoción musical.

Y, por supuesto, además de vender discos y agotar las entradas de sus conciertos, convierten en oro todo lo que tocan: su rostro está en todo tipo de material escolar a lo largo y ancho del planeta, su perfume Our moment ha sido el que más rápido se ha vendido de la historia, y en su tienda online venden desde cortinas hasta caretas. Ahora la pregunta es hasta cuándo resistirán como ídolos de adolescentes antes de rebelarse y abrazar, como ya ha hecho Justin Bieber, el lado oscuro de la vida. Simon Cowell, el principal beneficiado de su éxito, debe rezar a diario para que cosas como esa nunca lleguen a ocurrir.

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