Si hoy es martes, esto es Bélgica

Groenlandia no puede participar en la FIFA porque en sus tierras no crece hierba suficiente. China abarca cinco husos horarios diferentes y solo opera con uno (el de Pekín). En Suecia existe una micronación llamada Ladonia de la que hay 15.000 ciudadanos –ninguno vive allí– y cuyo himno nacional es el sonido de una piedra cayendo en el agua. El mundo, en definitiva, es un lugar muy curioso desde que los humanos nos encargamos de organizarlo. Nada lo demuestra mejor que ver el invento más artificial de todos: las fronteras. Vean si no.

• Islas Diómedes: Si uno de los 156 estadounidenses que viven en la más pequeña de las dos islas Diómedes mira a la grande, a cuatro kilómetros, a las nueve de la mañana de un sábado, ve una Rusia donde son las seis del domingo por la tarde.
• Kalin Tavern and Inn: El suelo de este bar de Obrežje, un asentamiento croata en Eslovenia, está dividido por una línea verde: la frontera entre un país y otro. Allí, una cerveza de importación es la que te traen desde la barra.
• Baarle Nasau: Baarle Nassau es un pueblecín de Holanda adyacente a Baarle Hertog, un pueblecín de Bélgica. Tantas guerras han pasado entre estos dos que las fronteras se han convertido en un desastre en el que hay partes de un pueblo en el otro, de modo que la frontera parte una casa.
• Bad Dürrnberg: Uno puede entrar a Bad Dürrnberg, una mina de sal en Austria que está llena de túneles subterráneos, y salir sucio, desorientado y en Alemania. Huelga decir que recibe turistas.
• Washington, D.C. Si uno camina por la Avenida Este de la capital de EEUU, y cruza la calle para ver un escaparate, estará en la Avenida Noreste de Maryland. A la capital de EEUU le pega estar flanqueada por tiendas.
• La Antártida: Hay siete países que aseguran tener terrenos en la Antártida (aunque la única nación que aceptaba cada reclamo era la que lo emitía). De ahí que en 1959 firmaran un tratado para ponerse de acuerdo.