¿Para qué sirve una bicicleta?
¿Medio de transporte o moda urbana? En el Día de la Bicicleta, debatimos con dos textos que defienden posturas opuestas
Hoy es el Día de la Bicicleta, una efeméride que tiene más de historia del LSD que de pedales: conmemora el día de 1943 en el que el padre del ácido lisérgico, Albert Hoffman, probó su invento voluntariamente por primera vez. Pero como, para conocer el alcance psicotrópico del colocón, Hoffman salió a pasear en bicicleta, esta historia se cuenta cíclicamente cada 19 de abril, el peso de esta fecha recae cada vez más en los pedales que en las drogas. Hoy se organizan carreras, hay conciertos y se dan charlas sobre movilidades alternativas.
Lo cual nos ha dado la idea de hacer algo parecido en la web de ICON: una suerte de debate que se pregunte cuál es el estado real de la bicicleta, ese invento que está atrapado en un limbo entre medio de transporte, complemento de moda y declaración de principios ideológicos.
Las numerosas personas que critican su creciente uso en ciudades, ¿son parte de la oligarquía de la lycra que antes se creía con control absoluto de la cultura ciclista? Y los que usan las bicicletas en las ciudades, ¿lo hacen por convicción propia? ¿O están siguiendo una moda? ¿Qué hay de realidad en el uso de la bici?
Publicamos hoy dos textos sobre el asunto. Cada uno defiende una tesis contraria: uno defiende a los hipsters de la bici; el otro los acusa de haberla corrompido. La idea no es pensar que así daremos con una verdad absoluta y objetiva que, en el dudoso caso de que exista, estaría en el medio. La idea es dejar que los lectores puedan apoyar uno u otro texto usando el Me Gusta de Facebook, tuiteándolo y la sección de los comentarios.
Pueden leerlos haciendo clic sobre el título:
Escrito por Pablo León, autor del blog I love bicis en EL PAÍS y apasionado portador de su bici por las calles de Madrid, celebra que las bicicletas se hayan liberado de quienes solo las entienden como herramienta para el deporte y estén en pleno proceso democratizador. "Apoyada en las connotaciones del movimiento hipster, la bicicleta, un invento del siglo XIX, se ha convertido en la sensación de las ciudades del siglo XXI", anuncia. "Es algo que los más deportistas, con sus bicis caras, sus piernas rasuradas y su lycra de colores fluor, nunca consiguieron".
Redactado por Pablo García, periodista y defensor a ultranza de la bicicleta como herramienta para que grandes atletas puedan realizar proezas en los tours de cada verano. También le admite un segundo uso accesorio: que la gente de a pie la use con el mismo fin. Su punto de partida es un reportaje en la Vogue francesa en la que se habla de los hábitos bicicleteros de Elsa Pataky. "A ella, única celebridad española en biciclo incrustada en la revista, le podría pasar lo que al resto del universo del postureo fashion español –la bici retro de piñón fijo de cientos de euros, la cesta de mimbre–: que decoran pero no pueden generalizar tan sana práctica en nuestras ciudades, la mayoría desprovistas de carriles diferenciados".
Consideramos que el texto con mayor grado de interactividad en redes sociales será el ganador de este peculiar combate.
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