La presidenta argentina, madrina de la hija de un matrimonio homosexual

La presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner se convirtió el sábado en la madrina de bautismo de la hija de un matrimonio de lesbianas. Se trata del primer caso que se hace público de un bautizo de hijos de personas casadas del mismo sexo, aunque miembros de la Iglesia católica del país reconocen que ya había habido otros, aunque ninguno alcanzó tanta difusión.

La noticia llegó a los medios de comunicación después de que la pareja conformada por Soledad Ortiz y Karina Villarroel contara hace dos semanas que se había reunido con el arzobispo de la ciudad argentina de Córdoba, Carlos Ñáñez, para que autorizara el bautismo en la catedral de la segunda metrópolis del país y que el prelado había aceptado. Entonces, las mujeres anunciaron su deseo de que su bebé de dos meses, Umma Azul, tuviera como madrina a Fernández, en lo que constituía un gesto de agradecimiento a la jefa de Estado por haber impulsado en 2010 la ley de matrimonio gay. Días después, el Gobierno argentino contestó con la buena nueva: su jefa aceptaba ser la madrina, pero no viajaría a Córdoba (ubicada a 700 kilómetros al noroeste de Buenos Aires), sino que sería representada por su edecán naval, Claudia Fenocchio.

"Es una manera de decirle gracias a ella y al expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) por esa ley que nos dio derechos. Néstor y Cristina son los grandes promotores de este cambio social”, explicó Villarroel, una de las madres, que se confesó católica no practicante, al igual que su esposa. Kirchner, que falleció a finales de 2010, había impulsado como diputado la ley del matrimonio gay en el Congreso. "Es un orgullo muy grande”, dijo la expolicía Villarroel sobre el madrinazgo de Fernández. Como padrino ofició un amigo de la pareja y el bautismo fue celebrado por el párroco de la catedral, ante la mirada de 50 familiares y amigos.

A Villarroel y Ortiz no se les hizo fácil el trámite para bautizar a Umma. Quisieron hacerlo en varias iglesias de Córdoba, pero en todas las demoraban. "Vengan mañana", les decían. Hasta que en un templo les pidieron la autorización del arzobispo, el mismo que en 2010 había expulsado del sacerdorcio a uno de los pocos curas que públicamente había apoyado la ley de matrimonio gay, Nicolás Alessio. Pero esta vez Ñáñez aceptó la concesión del bautismo. "La decisión de los padres no tiene nada que ver con los niños", dijo el prelado, según Villarroel. El párroco que finalmente baurizó a la niña, Carlos Varas, de 83 años, estuvo de acuerdo con ese argumento y añadió que que "no se puede negar el bautismo a quienes lo piden".

En Córdoba y en Buenos Aires algunos sacerdotes, incluido Alessio, habían bautizado antes a hijos de parejas de personas del mismo sexo, como fue el caso de la actriz transexual Florencia de la V.