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La lucha continua

Investigadores españoles pelean día a día contra la tuberculosis en Mozambique, uno de los países más afectados El Centro de Investigação em Saude de Manhiça (CISM) cuenta con nuevas herramientas para el diagnóstico

Enfermeras del hospital de XaiXai, en Mozambique.
Enfermeras del hospital de XaiXai, en Mozambique.Alfredo Cáliz

Amanece en Manhiça, sur de Mozambique. Las temperaturas hoy llegarán a los 32 o 33 grados. Bochorno importante. El hospital distrital de Manhiça es un bullicio desde primera hora de la mañana. A partir de las 07:30, en la sala de recogida de muestras, se empieza a formar una cola de gente que viene a dejar sus muestras de esputo. Algunos han caminado más de una hora para llegar al hospital; otros han tenido que darse la caminata incluso para poder llegar al chapa, el transporte colectivo típico mozambiqueño, que puede llegar a las zonas más alejadas del asfalto. Suficientes obstáculos para cualquiera, sobre todo si se lleva uno o dos meses adelgazando, con una tos incesante, y con una sensación de debilitamiento acusada.

Este es el recorrido habitual que hace cualquier persona con sospecha de tuberculosis en el distrito de Manhiça. Pero estos pacientes tienen más suerte que los de otros distritos. El Centro de Investigação em Saude de Manhiça (CISM), donde se analizan las muestras provenientes del hospital distrital, dispone de una máquina de Gene Xpert. Se trata de una nueva herramienta diagnóstica que detecta más casos de tuberculosis que la microscopía tradicional y acelera el tratamiento inmediato de muchos pacientes que, hasta hace un año, saltaban de consulta en consulta, tomando antibióticos ineficaces para su enfermedad.

Muchos de esos pacientes se morían de tuberculosis sin que nadie los diagnosticara por falta de herramientas adecuadas. El Gene Xpert no está disponible en la mayor parte del país y sigue sin poder diagnosticar un porcentaje importante de personas con tuberculosis. Aun así, estos pacientes no diagnosticados con la última tecnología suponen un pequeño número en relación a aquellos que no llegan a tener ningún contacto con el frágil sistema sanitario. La Organización Mundial de la Salud estima que por cada caso diagnosticado de TB en Mozambique hay 2 que no son detectados. Este año, el lema del Día Mundial de la Tuberculosis es “Alcanzar los tres millones”: los tres millones de personas en el mundo con tuberculosis que anualmente son olvidados por los sistemas de salud.

Centro de Investigación de Manhiça, en Mozambique, donde se investigan enfermedades infecciosas como la malaria y la tuberculosis.
Centro de Investigación de Manhiça, en Mozambique, donde se investigan enfermedades infecciosas como la malaria y la tuberculosis.Alfredo Caliz

Mozambique es uno de los países con más tuberculosis del mundo, donde frecuentemente hay roturas de stock de los medicamentos necesarios para combatirla y donde las herramientas diagnósticas disponibles son arcaicas e ineficientes. En un contexto donde más de la mitad de la población vive con menos de un dólar al día, la carencia de recursos sanitarios es generalizada y las dificultades para combatir la enfermedad se multiplican. En Manhiça, donde trabajamos, tres de cada cuatro pacientes con tuberculosis están coinfectados con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), lo cual supone un reto añadido a la hora de diagnosticarlos y tratarlos.

Es ingenuo pretender que los pacientes sigan fielmente el tratamiento cuando tienen que tomar innumerables pastillas diarias durante 6 meses para tratar ambas enfermedades. La situación es todavía más difícil en niños, ya que no siempre hay formulaciones pediátricas y hay que hacer peripecias para conseguir la dosis adecuada. Muchas veces pensamos que para mucha gente en Mozambique, después de 15 años de guerra, el futuro han sido el VIH y la tuberculosis, y no tanto las mieles de la independencia y la paz.

La pregunta “¿mejorará esta situación algún día?” es recurrente, sin una respuesta clara a corto plazo. Creemos que sí, que la tendencia en número de casos se invertirá, al igual que ha ocurrido en la mayoría de países del mundo. Por eso estamos aquí. Además del apoyo a las tareas cotidianas del hospital, tenemos el enorme desafío y oportunidad de dedicarnos a encontrar herramientas y respuestas que ayuden a luchar contra la tuberculosis. La investigación en enfermedades relacionadas con la pobreza, siendo la tuberculosis uno de los grandes paradigmas, es tremendamente estimulante, por la capacidad potencial de generar grandes cambios sociales y sanitarios. Hoy, en esta nueva efeméride del descubrimiento de la bacteria que causa la tuberculosis, hacemos nuestra la histórica frase del líder nacional Samora Machel: “La lucha continúa”.

 Alberto García-Basteiro y Elisa López Varela son investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que actualmente trabajan en el Centro de Investigación en Salud de Mozambique (CISM).

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