La mentalidad y la capacidad de superación del mejor tenista español de todos los tiempos le permitieron recuperar su mejor nivel y regresar al número uno del mundo. Por Pau Gasol.
La verdad es que me resulta difícil poder decir algo que no se haya dicho ya para describir la temporada de Rafa. Después de siete meses parado debido a una lesión y de descender al número cinco del ranking ATP, nadie duda que volver a competir es duro, física y mentalmente. La vuelta es muy complicada, puedes tener todas las ganas del mundo, pero hay que planificarla al detalle. Sabes que todos están a la expectativa y te preguntas si aguantará el físico la exigencia de la competición y si la confianza, ese algo impalpable, seguirá contigo. Como gran aficionado al tenis que soy y por el aprecio que le tengo, no me he perdido detalle de su gran año. Consigue reaparecer en el torneo de Chile en febrero, va cogiendo solidez durante la semana y, aun sin alcanzar su mejor forma, logra llegar a la final. Para cualquier otro deportista puede ser un éxito, pero siendo Rafael Nadal sabe a poco. Así que, por si quedaban dudas, a partir de esta reaparición comienza una racha triunfal con victorias consecutivas en los torneos de Brasil, Acapulco e Indian Wells que le hacen ganar confianza y, de nuevo, el respeto de sus adversarios. El resto de la temporada sigue compitiendo a un nivel altísimo, para acabar el año ganando 10 torneos, incluyendo dos Grand Slam (¡y el octavo Roland Garros!), cinco Masters 1.000 y recuperando el número uno del ranking ATP. Como deportista, no hay palabras para describir su vuelta a las pistas a este nivel, y como aficionado, un placer poder disfrutar de nuevo con sus gestas. Es un verdadero honor tenerlo como amigo. ¡Felicidades y por muchos años, Rafa!
Pau Gasol es jugador de baloncesto de Los Angeles Lakers.