Los jóvenes ante el empleo
Tengo hijo e hija, en paro, de 32 y 28 años. Ambos licenciados en Medio Ambiente, tres idiomas, másteres, becas de excelencia, y un buen número de cursos y títulos. Acuden incansablemente a cuanta entrevista de trabajo consiguen sin obtener resultado, pero la que tuvo ayer mi hijo merece ser contada.
Se trata de una auditora ambiental. El perfil de mi hijo gusta a la empresa (más de cuatro años de experiencia en empresas especializadas en legislación europea medioambiental, sistemas de gestión ambiental, ordenación de espacios protegidos, etcétera). Le ofrecen cuatro horas diarias de trabajo por 400 euros al mes, en un polígono a las afueras de Madrid por lo que es imprescindible el coche. Además, tiene que ser freelance, es decir, debe pagarse su cotización a la Seguridad Social. Mínimo 257 euros. Podría sacar limpio al mes… ¿50 euros?
Pero ¿cómo no se desprende el cielo sobre nuestras cabezas?, ¿cómo hemos consentido que lleguen hasta aquí? ¿Es esta la “recuperación económica” de la que hace gala el Gobierno? ¿Es por este tipo de empleos que dice la EPA que el paro ha bajado en 72.000 personas?— Pura Díaz Flores. Getafe, Madrid.
Muchos políticos nos piden a los jóvenes mejorar y ampliar nuestra formación para mejorar la triste y actual tasa de desempleo. Lo que es sin embargo más triste y degradante todavía es tener que mentir para encontrar trabajo. Pero con mentir me refiero a: tener que ocultar en tu currículo que tienes una licenciatura o un máster, o todos los mil cursos suplementarios realizados. La verdad es que es triste pensar que actualmente la única forma de tener y aspirar a un trabajo es presentar como máximo el bachillerato o, si no, decir en la entrevista que tu licenciatura no te ha servido para nada en la vida. ¿Qué solución me da el Gobierno entonces? ¿Sigo mintiendo sobre mi formación, o empezamos a aconsejar a los jóvenes que abandonen los estudios si quieren tener un futuro?— Amaia Otxoa de Amezaga. Bilbao.
