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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Desafinando

Un responsable del Ayuntamiento de Madrid critica con saña a la mecenas Paloma O'Shea

SOLEDAD CALÉS

Fernando Villalonga, diplomático de formación, exconcejal y ahora presidente de tres empresas municipales madrileñas, ha acusado a Paloma O'Shea, una autoridad incuestionable en el mundo de la música, de aprovecharse de estar casada con el presidente del Santander, Emilio Botín, y de hacer filantropía con dinero público. Villalonga fue delegado de Las Artes del Ayuntamiento hasta que el Tribunal Constitucional dictaminó que no podía ocupar ese cargo por no estar en posesión del acta de concejal. Su jefa, Ana Botella, le recolocó y si Madrid consigue los Juegos de 2020 él estará en la organización. Sus furibundos ataques demuestran que tiene muy olvidada la diplomacia y un poco trastocados los conceptos financieros, pues es Paloma O'Shea la que más dinero pone con gran diferencia en la fundación que preside, y no el Ayuntamiento, endeudado hasta las cejas por culpa de políticos, no de mecenas.

Paloma O'Shea preside la Fundación Instituto de Música de Cámara de Madrid, un prestigioso centro de posgrado. Esa fundación, en la que participa Caja Madrid, puso 22 millones de euros en la construcción de la sede que será, al cabo de 50 años, del Ayuntamiento. El gasto anual lo cubre la fundación con 9 millones y el Ayuntamiento, con 28.000 euros. Dada la situación financiera del Consistorio, este ha decidido retirarse del patronato y dejar de aportar dinero, no sin antes poner en duda las cuentas de la fundación y exhibir lo que la propia Paloma O'Shea ha calificado de puro sexismo.

El Ayuntamiento de Madrid intervino ayer en la tormenta con ánimo de despejarla. La alcaldesa explicó que se retiraba la subvención por razones presupuestarias. Hasta ahí, poco que objetar en una época de recortes generalizados (aunque 28.000 euros en un presupuesto municipal de 4.300 millones no llega ni siquiera a la categoría de una brizna de chocolate para un loro pequeño). Lo interesante es que Ana Botella quiso dejar claro que no respaldaba el resto de manifestaciones. Ahora que Villalonga se ha quedado solo, sería excelente que afinara un poco la partitura y pidiera disculpas.

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