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La real máquina de hacer dinero

La casa real británica patenta el nombre de la duquesa de Cambridge

Kate Middleton, en Glasgow, el 4 de abril de 2013.
Kate Middleton, en Glasgow, el 4 de abril de 2013.Indigo (Getty Images)

Middleton siempre fue un apellido con posibles, incluso antes de que Kate se casara con el príncipe Guillermo y ambos se convirtieran en los duques de Cambridge. Pero la capacidad de hacer caja de todos los Middleton no puede compararse con el efecto Kate. Es cierto que entre las muchas consecuencias que tuvo la boda entre esta joven de la alta sociedad británica y Guillermo de Inglaterra se cuentan, entre otras cosas, el multiplicar los ingresos de la empresa de fiestas Party Pieces, propiedad de sus padres, o la conversión de Pippa en hermanísima, haciendo de ella una celebridad que vive y cobra simplemente por serlo.

Lo saben bien las revistas del corazón británicas, que imprimen su sonrisa inocentona en su portada día sí y día también para multiplicar sus ventas. Pero sobre todo lo ha entendido la corona, que además este año cuenta con el plus de poder explotar a una Kate que lleva en sus entrañas al que algún día podría ser el heredero al trono británico. De ahí que se haya dado un paso esencial: patentar su nombre, que por mucho que se trate de vestir de altruista, no es tan puro como podría parecer.

Según informó hace unas semanas el diario Daily Telegraph, la antaño conocida como Oficina de Patentes y hoy llamada Oficina de la Propiedad Intelectual está registrando todo tipo de productos que se venderán bajo el paraguas de la Fundación Real del Duque y la Duquesa de Cambridge y el Príncipe Enrique, que ya es una marca como puede serlo GAP o Banana Republic. La fundación, que ya existía antes de la boda, ha pegado un auténtico bombazo en cuanto a ingresos desde que Kate unió a ella su persona. En 2010, cuando aún era simplemente la Fundación del Duque de Cambridge y el Príncipe Enrique, la institución ingresó unos 700.000 euros en donativos. Un año después, los ingresos altruistas de esta fundación que se dedica a labores de caridad relacionadas con los niños, los veteranos de guerra y los animales se habían disparado hasta alcanzar los cinco millones y medio de euros. Solo en donativos de regalo de bodas la fundación recaudó 1,2 millones de euros, mientras que otro millón lo consiguieron simplemente paseando por Estados Unidos y Canadá, donde el viaje de los duques fue un éxito a todos los niveles.

El objetivo de patentar camisetas, zapatillas de deporte, gorras y otro tipo de productos de merchandising que se producirán bajo los auspicios de la fundación tiene como objetivo hacer frente por la vía legal entre otras cosas a la lluvia de imitaciones comerciales que todo producto relacionado con Kate sin duda generará.

La fundación, que solo en sueldos y mantenimiento gasta medio millón de euros, no está dispuesta a compartir con cualquiera los efectos de generosidad colateral que provoca en los bolsillos de medio mundo la visión de la duquesa.

Y es que desde el color del año hasta las marcas de moda –Zara, sin ir más lejos- Kate Middleton marca tendencia y por lo tanto todo lo que toca se transforma en oro. Pantone, la empresa que anualmente anuncia cuál es el color del año, proclamó recientemente el esmeralda como el color de 2013 después de que Kate llevara en varios eventos del 2012 vestidos de ese color. Zara vio una subida de sus ingresos en Reino Unido tras conocerse que Kate Middleton se declara fan de su ropa y la utiliza. Y los ejemplos son incontables. De ahí que una de las sospechas que ha levantado la patente de productos textiles de la Fundación Real es que el próximo paso de Kate podría ser dedicarse al diseño de modas, algo a lo que son adictas la mayoría de las famosas, aunque en el caso de Middleton se trataría de prendas con sello real, un negocio sin competidores.

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