Cantó, el hombre desigual
El diputado de UPyD ha ejercido erróneamente de portavoz de las tesis de grupos machistas minoritarios y ruidosos
Se ve que el éxito a veces pasa factura. Hace bien poco, Toni Cantó, antes actor y ahora diputado en el Congreso por la formación en ascenso UPyD, se sometía a entrevistas radiofónicas en las que la naturalidad de su verbo provocaba sinceros aplausos de la audiencia, que agradecía discursos tan sensatos y alejados de los formalismos al uso de los políticos profesionales. Pero solo un año después de su ascenso a la política, Cantó ha empezado a dar señales preocupantes de confusión, quizá de extravío, si bien los primeros síntomas se manifestaron antes, en enero de 2012. Entonces publicó en Twitter una gracieta que congeló la sonrisa a muchos: colgó un vídeo montaje en el que se veía caer una bomba sobre la Radiotelevisión Valenciana con un comentario personal: “Una buena manera de acabar con el déficit de Canal Nou”.
Fue un chiste de mal gusto que no pasó de anécdota, pero un año después, Cantó ha puesto en evidencia su gran capacidad para meter la pata.
En defensa de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural, Cantó se embarcó este mismo mes en rocambolescas disquisiciones acerca de la ausencia de derechos de los animales y aseguró que el maltrato animal no puede considerarse un atentado ético.
Finalmente, decidido a hacer historia, se ha lanzado a la portavocía de las minoritarias pero ruidosas asociaciones machistas que claman, con datos falsos y tramposos discursos, contra las leyes de igualdad. Son grupos que aseguran que la mayoría de las denuncias son falsas o que el 30% de las víctimas de violencia doméstica son hombres.
A Cantó le habría bastado repasar los informes oficiales para comprobar que esas afirmaciones no se sostienen, pero no lo hizo. Varios partidos piden su reprobación; UPyD, alineándose con los modos de los partidos clásicos que tanto critica, le ha ratificado en su puesto en la Comisión de Igualdad del Congreso. Él, por su parte, ha pedido excusas y se ha quejado del linchamiento sufrido, pero insiste: “No se puede” construir la igualdad “en contra de los hombres” y añade: “El hombre está en desigualdad”. Sobre todo, habría que añadir, si está tan desubicado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.