_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un cambio

Si sumamos todas las instituciones que han quedado desacreditadas últimamente tendremos que aceptar que algo no funciona

Elvira Lindo

Las personas que tendemos a la sensatez, aun sabiendo que no hay nada menos popular en España que un espíritu moderado, llevamos tiempo añadiendo en nuestras columnas la obligada coletilla de que lo que hagan unos cuantos corruptos no puede enturbiar todo un sistema que tanto costó poner en pie. La sombra de la inhabilidad española para sostener en el tiempo períodos democráticos y estables nos lleva obligando años a hacer un continuo ejercicio de responsabilidad. Pero, de una vez por todas, aunque temamos verbalizar lo que ronda en nuestra cabeza, debemos admitir que ese borrón, que en situaciones normales se le permitiría a todo buen escribano, se ha extendido en los últimos años hasta hacer casi invisible las zonas limpias del sistema.

El martes nos despertamos con la noticia de que el secretario de las infantas ha sido imputado en el caso Urdangarin. Y no hay web que pueda borrar el rastro de un individuo que aparece a diario en la prensa. A eso se le suma Bárcenas, la financiación de los partidos, los generadores de "Ideas" sociales que no creen en ellas, o el agravio permanente a una ciudadanía convertida en financiadora de errores ajenos. El descenso de la popularidad de la monarquía española y la manera en que eso afecta al país no puede compararse a la polémica que en Holanda provocó la compra de una mansión en Mozambique por parte de los príncipes holandeses; los cimientos de su democracia son incomparablemente más sólidos que los de la nuestra.

Si sumamos hoy todas las instituciones que han sido desacreditadas en España por las malas prácticas es posible que tengamos que enfrentarnos al hecho de que algo no funciona. En general. Y algo debe cambiar para que nuestra vida no se vea alterada de manera dramática por un salvador que pervierta nuestro derecho legítimo a vivir en un país igualitario y fiable.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_