Curar con palabras
Como psiquiatra infantil, creo que es importante aclarar por qué opto por trabajar en la sanidad pública y por qué deseo que esta sea gestionada por empresas públicas. En psiquiatría infantil necesitamos bastante tiempo para conocer en profundidad a nuestros pequeños pacientes.
Acostumbramos a trabajar en equipo. No necesitamos apenas pruebas ni análisis, pero sí equipos amplios, con profesionales muy bien formados que sepan de terapia de familia, de desarrollo infantil, de vínculo y de resiliencia. Conocemos mejor a las niñas y a los niños a través del juego y del dibujo, pero todo esto lleva su tiempo. Estos equipos pueden parecer muy caros a quien acostumbra a gestionar la sanidad con criterios economicistas o con ánimo de lucro. En la sanidad privada no conozco equipos así. Sé que en algunos lugares públicos con gestión privada los equipos de salud mental se sustituyen por “consulta de psiquiatría o psicología infantil” sin trabajadores sociales, sin enfermería, sin equipos, sin coordinación y con poco tiempo.
Yo no podría trabajar así. No sabría. Cuidar la salud mental, ofrecer una atención cercana, en equipo, a enfermos mentales graves y a todas las personas que lo pueden necesitar es una inversión social a medio y largo plazo. Lo que hacemos en salud mental previene violencia, fracaso escolar, toxicomanías, suicidios… Y, sobre todo, alivia el sufrimiento, algo muy intangible e imposible de medir, pero que todos conocemos muy bien.
Por eso me sumo a esta huelga, porque creo que sería una pésima idea que la atención a la salud mental, y muy especialmente a la infantil, dependiera de empresas privadas; que fuera gestionada por personas que parecen no tener ni idea de lo importante que es cuidar la salud mental, incluida la de los trabajadores sanitarios.— Ibone Olza. Psiquiatra infantil.
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