_
_
_
_
_

Jesús Vázquez: “Tengo cosas grandes, pero el ego pequeñito”

Una charla con el presentador sobre matrimonio, política y el arrollador estreno de 'La Voz'

Ilustración del presentador Jesús Vázquez.
Ilustración del presentador Jesús Vázquez.TOMÁS ONDARRA

Pregunta. Ha estrenado La Voz, donde eligen posibles cantantes a ciegas, de espaldas. ¿Usted se ha quedado alguna vez con alguien sin verlo?

Respuesta. No, la verdad es que no. Yo para ir por la vida he utilizado mucho la vista. Y a veces he dado demasiada importancia al envoltorio. Con el tiempo te das cuenta de que lo que queda es lo que está dentro.

P. Bisbal, Rosario, Malú y Melendi como cazatalentos canoros condicionan el estilo. ¿Si llega alguien cantando jota aragonesa no se come una rosca?

R. Es posible que Malú, que es una chica joven, o Melendi, que es rockero, se emocionen oyendo cantar a una señora de 70 años, aunque sea una jota, y la metan en su equipo. No buscamos un tenor o una soprano, sino una voz que te llegue al corazón.

P. Más Chavela Vargas que Caballé.

R. Exactamente.

P. ¿Esperaba este aluvión de audiencia y de revolución en redes sociales?

A corta distancia

Me recibe en su casa, un lugar agradable con jardín en la zona norte de Madrid. Su despacho tiene un gran televisor, donde repasa todos los vídeos necesarios para su trabajo. Sobre la mesa lucen dos cornamentas ‘king size’, que difícilmente pasan inadvertidas, por discreta que se sea. Los cogió en la finca de unos amigos, porque a los ciervos se les caen. ¿Y a los humanos? “Se acaban por caer, pero cuando nos salen nos duelen más que a los ciervos. Ellos están genéticamente preparados; nosotros, no”. Queda dicho.

R. Confiábamos en tener éxito. Pero estamos desbordados por la audiencia y por haber sido trending topic mundial. Sabía que habíamos hecho un buen trabajo, pero esto no lo imaginaba.

P. Ha estado en Gran Hermano, en Supervivientes, en Operación Triunfo. ¿Qué parte del éxito es suyo?

R. Yo es que soy muy modesto, la verdad. No me gusta atribuirme grandes logros, sino formar parte de equipos que lo hacen muy bien. Es verdad que hay formatos más difíciles que otros, y que la experiencia ayuda.

P. ¿Se imagina que en vez de cantantes fueran políticos y tuvieran que elegirles sin verles la cara?

R. Pues sería más o menos lo mismo. Porque la cara de nuestros políticos no te ayuda mucho a la hora de elegirlos. Quitando a Toni Cantó, que no está mal de físico.

P. No me diga que Rajoy o Rubalcaba no son dos pedazo de tíos.

R. ¿Por su físico? Por su físico, desde luego no los votaría. Y por lo que dicen, con lo desengañado que estoy últimamente, creo que tampoco.

P. Si usted protagonizara un reality, ¿qué podríamos ver?

R. Ostras, lo pienso muchas veces. Me daría muchísimo miedo exponerme tanto, enseñar todas las miserias.

P. ¿Por qué cree que otros lo hacen?

R. Porque se ha convertido casi en una profesión, en una forma de coger un atajo en la vida y ganar pasta, saltándose el camino difícil de estudiar.

P. “Yo compito conmigo mismo”. “Mi único rival soy yo”. ¿Sobradito?

R. No, ni mucho menos [ríe]. Quiere decir que he aprendido que no sirve de nada estar mirando lo que hacen los demás. Que tener envidia, sentir rencor hacia alguien o disgustarte por sus éxitos es como tomarte tú el veneno para que se muera el otro.

P. Cumplió su fantasía de irse a Australia con su marido a bucear. ¿Debajo del agua las cosas se ven menos chungas que fuera?

R. Por fuera están muy chungas. Y es verdad que debajo del agua por un momento te olvidas. Hay silencio y paz, solo oyes tu respiración y desconectas de este mundo tan tremendo.

P. Salió del armario en la portada de Zero, fotografiado como Jesús crucificado. ¿Se puso así por creerse rey de los judíos o porque le favorecía la pose?

R. Jo, qué pregunta. El artículo se llamaba La pasión de Jesús, hablaba de problemas que me habían hecho sufrir mucho y la iconografía era muy atractiva. Tengo un respeto enorme a la figura de Jesús, aunque no soy católico, ni creo en ninguna Iglesia.

P. ¿A su ego hay que ponerle un ancla o atarle una piedra?

R. Tengo muchas cosas grandes, pero el ego lo tengo muy pequeñito.

P. ¿Qué cosas grandes podría citar sin tirarse faroles?

R. Aparte de las físicas, me gusta ser generoso, portarme bien con la gente. ¿Qué tengo grande? La humildad. Claro que decirlo ya es un poco de falta de humildad.

P. Pidió a su chico el matrimonio en directo en televisión. ¿Para todo es tan discretito?

R. No. Soy muy discreto, pero estaba muy reivindicativo con los derechos de las minorías, la mía la primera, y quería dar trascendencia política a algo que hacía por convencimiento y amor.

P. Su novio se pasó la boda llorando. ¿Porque se arrepentía de haberle dado el sí?

R. No, hombre [risas]. Es que él es muy sentimental. Yo le he visto llorar en casi todas las bodas.

P. Con esto de La Voz, ¿no se plantea que pueda aparecérsele Frank Sinatra?

R. Me encantaría que se me apareciera Frank Sinatra. Habría muchas cosas que hablar con él: de los Kennedy, de Marilyn, de la Mafia. Pero no creo en apariciones, en el más allá ni en el más acá. Yo prefiero pensar que mejor vamos a portarnos bien en esta vida y a hacer todo lo mejor que podamos por si acaso cuando nos muramos cierran el chiringuito y no hay nada más.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_