El deber de Rajoy
Se necesita cerrar un buen rescate bancario y un ambicioso plan de estabilidad para evitar lo peor
Aunque la tensión ha cedido algo en los últimos días, la economía española está sufriendo un castigo intenso y continuado de los mercados cuya consecuencia inmediata es un encarecimiento de su deuda y un riesgo elevado de que la intervención sea, al fin, necesaria e inevitable. Más allá de los errores de los últimos Gobiernos, resulta evidente que la tarea principal, a la que debe prestar toda su atención el Ejecutivo durante las próximas semanas, consiste en bajar el coste de financiación del Tesoro, recuperar la confianza de la banca europea en la española y conseguir una estabilidad presupuestaria que permita sentar las bases de la recuperación. Todo ello no se conseguirá solo con recortes de gasto, pero tampoco es posible si los mercados de deuda siguen sin prestar a España a precios razonables.
Para evitar la intervención es prioritario reducir el coste de la deuda que asfixia la capacidad presupuestaria española. El Gobierno ha de enfrentarse a este riesgo con decisiones rápidas y firmes. Incluso en el caso de que la estrategia sea correcta y se ejecute con precisión, no hay garantía de que los mercados alivien la presión; pero si no se actúa con decisión, resultará difícil evitar el desastre.
Lo primero consiste en calmar el mercado cerrando rápidamente el saneamiento bancario. Para ello hay que solicitar la ayuda europea, acelerar los cálculos de recapitalización individual de cada una de las entidades y poner en marcha un trámite, más breve de lo previsto, para que los bancos que lo deseen acudan al FROB reforzado con el dinero europeo. En este punto se exige claridad exquisita en los detalles, que son los que mueven los mercados. Hay que negociar la cantidad y las condiciones de la ayuda prestada (plazo de devolución, carencia, coste del dinero), aclarar de una vez por todas si, además de altamente deseable, como bien defiende el Gobierno, resulta también posible la inyección directa de capital europeo en los bancos (la confusión al respecto ha deteriorado la credibilidad en el rescate) y exigir a los socios de la Unión que el capital europeo aportado no tenga prelación sobre los activos de otros acreedores. La importancia de este último punto, fundamental para que España no sea apartada de los mercados financieros, justifica toda la beligerancia que Rajoy pueda emplear en su consecución.
El Gobierno debe también presentar en Europa y ante todos los inversores un plan de estabilidad para los próximos tres años que le permita recuperar la iniciativa política y avanzar las medidas necesarias como fruto de su propio análisis y no de la imposición de las dinámicas comunitarias. Ese plan A debe incluir una explicación detallada y con calendario de cómo conseguir un recorte de gasto estructural de 80.000 millones sin dejar fuera del análisis ni el IVA, ni las prestaciones por desempleo, las pensiones o los salarios de los funcionarios. En él se debe articular una estrategia de aumento de ingresos (IVA, especiales) y una reforma en pensiones (esta sí sería una reforma estructural), combinadas con políticas de estímulo de demanda y empleo. Sin detallar, resultaría también conveniente la confección de un plan B para el caso de que no se consigan los objetivos, y que deje claro ante la comunidad internacional que España no cejará en su empeño de volver a la estabilidad pese a los costes políticos que ello pueda suponer.
Rajoy acaba de ganar unas elecciones y presenta en Europa su mayoría absoluta como un activo más de la economía española. Tiene razón. Ahora debe actuar en consecuencia, presentar un plan rotundo para tres años (en los que no habrá elecciones generales), cumplirlo a rajatabla sin las sorpresas de los viernes de Consejo de Ministros, recabar para ello apoyos en la oposición, que no debería regateárselos en este momento de gran zozobra de el país, y evitar con mano firme lo que se perfila como el mayor fracaso colectivo de la sociedad española.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Tren Suburbano Lechería-AIFA: cuándo se inaugura, horarios, rutas y estaciones
Sorteo Gordo de Navidad 2025: lo que hay que saber sobre los premios de la Lotería Nacional
Festival Luces de Invierno: qué actividades se esperan y horario de los conciertos en el Zócalo de Ciudad de México
El Barça cae en Turquía y el Valencia no da opción al Baskonia
Lo más visto
- El PP de Almeida vota en contra de dedicarle a Robe Iniesta un centro juvenil porque antes quiere hablarlo con su familia
- Comprobar Lotería de Navidad 2025: consulta la pedrea con la lista de números premiados
- Trump anuncia la construcción de un nuevo tipo de buques de guerra que llevarán su nombre: “Serán los más grandes y poderosos de la historia”
- El Gobierno y Bildu acuerdan extender a 2026 la prohibición de desahuciar a personas vulnerables
- Lotería de Navidad 2025 | 79432, el primer premio de la Lotería de Navidad




























































